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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Tiempo de adviento, antesala a la Navidad

Tiempo de adviento, antesala a la Navidad

Al acercarnos a la celebración de la Navidad o como coloquialmente se dice las fiestas de fin de año, donde el sentido que algunos pueden darle es compartir en familia con comida, música, regalos, y buenos deseos, entre otras expresiones, varias personas van teniendo fiestas por fin de año. Así también, se puede mencionar que en la Iglesia Cristiana – Católica hay la tradición de prender las velas de la corona de adviento durante los domingos antes de la Navidad, por este gesto se tiene en cuenta el evangelio de Juan 8, 12, donde Jesucristo expresa: “Yo soy la Luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida”.

Cabe indicar que cada domingo de adviento tendrá una “temática”. El primer domingo, Mateo 24, 37-44 invitaba a estar despierto dado que Dios habita en cada uno y se tiene que sentirlo; el segundo domingo, Mateo 3, 1-12 exhortaba a la conversión, dejando de lado los pensamientos y conducta que nos alejan de la voluntad de Dios, claramente el rezar, servir y amar se vuelve la manera de expresar la fe; el tercer domingo de la alegría, Mateo 11, 2-11 regocijarse por la cercanía de ver al Señor de la vida; el cuarto domingo, Lucas 1, 18-24 marcado por la acogida de la voluntad de Dios como los padres del Niño Dios, José y María.

Ahora comparto una tradición que tiene la familia de un amigo: hace un par de años conocí la tradición sobre el prendido de las velas de la corona en la familia, así durante los domingos de adviento hacen oración, la celebración se realiza en familia y con la presencia de algunos amigos; este espacio litúrgico cuenta con lectura de la palabra de Dios y su reflexión, oraciones por la familia y la sociedad, cantos, oración del Padre Nuestro y el Dios te Salve María, el momento de celebración está presidido por el padre o madre de familia; posteriormente se come algo, completando el momento de acogida.

Adviento es una invitación para saber detenerse en medio del quehacer cotidiano, de sus alegrías y preocupaciones, tomarse un tiempo para hacer otro camino distinto a lo que propone la sociedad en las fiestas de fin de año, y poder celebrar la encarnación del Hijo de Dios como acontecimiento salvífico para la humanidad.

CONSTRUIR COMUNIDAD

WALTER D’ALIA ABULARACH

Docente Tiempo Completo de Pastoral Universitaria  de la UCB

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