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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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La Biblia: Números y Censos

La Biblia: Números y Censos

Siendo que está muy en boga hablar de “números y censos”, me parece de particular interés hablar de los censos referidos en el Antiguo Testamento.

El cuerpo bíblico del Antiguo Testamento menciona 5 censos: 3 realizados por Moisés, 1 realizado por David y 1 mencionado por los profetas Esdras y Nehemías con referencia a los hebreos que habían retornado del cautiverio en Babilonia.

En esta oportunidad quiero referirme a dos censos realizados por Moisés, relatados por el libro de Números, y que fueron la referencia para el nombre que adquirió este libro.

El primero es mencionado en los capítulos 1 al 3 del citado libro y muestra que el objetivo principal del censo era de orden administrativo, definir funciones, realizar la distribución de bienes y saber con cuantas personas se contaban para las guerras, muy frecuentes en ese tiempo.

El segundo censo mencionado en capítulo 26 sirvió específicamente como base para la distribución de la tierra y para propósitos militares. Esas dos lecturas, en mi opinión, dejan las siguientes reflexiones:

Ambos fueron “ordenadas” por el poderoso YHWH que los había sacado de Egipto, y no se trata de poner en duda su omnisciencia, sino de poner en relevancia el interés que Él tiene porque sean los humanos quienes aprendan a organizarse. Duras fueron las lecciones organizativas que Moisés tuvo que aprender con un pueblo caótico en medio del desierto.

Dios manifiesta su interés para que Moisés pueda consolidar los grupos administrativos del pueblo, distribuir adecuadamente los recursos, organizar un ejército para su defensa y, por último, en base a esos censos y a la cantidad de población en cada una de las tribus, adjudicarles de manera adecuada tierra y territorio.

Aunque parezca un atrevimiento, se tiene que decir: ¡Qué Dios más inteligente! Sabía cuál era la ruta crítica que se tenía que tomar para finalizar con éxito un éxodo que entre luces y sombras había llevado años: un censo. Y no lo hace Él ni envía ángeles para hacerlo, sino que confía en un buen líder y en sus ayudantes.

Al parecer los censos no son malos, puesto que hasta Dios propició algunos. Pero lo importante es que se enfoquen hacia una eficiente construcción del Bien Común, y no solo para afianzar los intereses de partidos o grupos.

UN POCO DE SAL

VIRGINIA QUEZADA VALDA

Biblista, teóloga y socióloga 

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