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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Acerca de pirámides, faraones y esclavos

Acerca de pirámides, faraones y esclavos

Siempre que se habla de pirámides, faraones y esclavos, fácilmente nos vienen a la mente las imágenes del éxodo antiguo-testamentario, que narra historias de sufrimiento de miles de esclavos sometidos a cruentos trabajos en la construcción de pirámides destinadas a tumbas de lujo, para elevar el ego de los faraones considerados “dioses”.

Pero hoy hay que referirse a nuevas pirámides, nuevos faraones y nuevos esclavos. Me declaro admiradora de los mundiales de futbol, los cuales sigo con mucho entusiasmo. Sin embargo, siempre me he preguntado: ¿cuál es la función de los gigantes estadios después del evento? 

El año 2012 visité el entorno del gigante Soccer City en Johannesburgo, con una capacidad para 95.000 personas, obviamente vacío y solitario. Y vi también centenares de personas hacinadas en barrios con cabañas improvisadas hechas de calamina, sin acceso a servicios básicos y sin que los señores de la FIFA piensen siquiera en ellas. Y no son solo Qatar o Sudáfrica; en su momento, también Brasil y Rusia exhibieron orgullosos sus pirámides, pero no a los “esclavos” que trabajaron en ellas.

Hoy, en el Mundial de Qatar se habla de la existencia de 8 estadios y que 6 se construyeron específicamente para este evento. Oficialmente los organizadores han minimizado y encubierto la muerte de obreros, pero entidades de defensa de derechos humanos han denunciado cifras alarmantes de muertes y que los sobrevivientes trabajaron sometidos a condiciones infrahumanas de explotación laboral, como la exposición al calor extremo. Pero, ¿por qué no hay datos oficiales? Porque la mayoría eran migrantes y muchos indocumentados. Es decir, “nuevos esclavos” para satisfacer “nuevos faraones” como son los dueños de un evento que dejó de ser popular y honrar el deporte, para girar en torno al dinero.

Ahora quieren acallar sus conciencias, diciendo que son pirámides portátiles, que como arca de una nueva religión irán de aquí para allá. ¡No señores! Este Mundial, si tiene algo de bueno es que, primero, mostró una realidad de opresión, machismo y fundamentalismos religiosos, a los cuales la FIFA se doblegó por dinero. Y, segundo, rompió esquemas previstos por la realeza faraónica del fútbol, así como de los apostadores que vieron desinflarse sus sueños.

ABAJO Y A LA IZQUIERDA

VIRGINIA QUEZADA VALDA

Socióloga, biblista y teóloga  

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