Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 11:15

Un mundo digital al natural

Un mundo digital al natural

Viajar es una de las experiencias que más disfrutamos, ya sea a Australia o a la Isla del Sol. Todos esperamos con ansias un viaje, un escape de la rutina, del trabajo, de lo que se vuelve constante y sobre todo de la cuarentena y sus matices. Es un sentimiento que todos añoramos vivir, por muchas razones. Una de las principales es el sentimiento de experimentar algo nuevo. Una frase que siempre resuena en mi cabeza es la de: “¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez?”. Una persona que lleva una vida rutinaria, no experimenta este sentimiento frecuentemente. En cambio cuando viajamos todo es nuevo, nuevos paisajes, nuevas personas, nueva comida, nueva cultura, nuevo clima, un nuevo tú. La curiosidad y la adrenalina nos invade, queremos conocer y probar todo, nuestras ganas de vivir se intensifican, somos felices. 

Como emprendedora he pasado por la etapa de idear, inventar, crear el producto o servicio ideal para un nicho de mercado. He transitado por varias sesiones de ideación, creación de prototipos, validación de los mismos e incluso por la venta al público. La mayoría fracasaron. Más tarde entendí que las ideas si funcionaban en mi cabeza y en la de mis socios, sin embargo, no eran lo que los clientes querían o necesitaban. Fue ahí cuando me interesé por el UX Design (diseño de experiencias para usuarios) y aprendí a poner en el centro a los clientes a crear servicios y productos a través de ellos, con ellos y para ellos.

De la misma manera, al estar involucrada en varios ecosistemas de emprendimiento, Madrid, Berlín, San Francisco, Mumbai y la maravillosa ciudad de La Paz, y gracias a mi actual trabajo en la banca he percibido que la búsqueda del “santo grial” es: encontrar y crear la experiencia/producto o servicio perfecto y a través de este fidelizar, conquistar y enamorar a los actuales, pero sobre todo futuros clientes. 

Volviendo al tema de los viajes para seguir con el hilo del artículo, la semana pasada viví una de las mejores experiencias de mi vida. Asistí a un campamento, en Barra de Navidad, Jalisco, un paraíso de México. Una experiencia diseñada para hacerte vivir momentos de adrenalina a través de deportes extremos como el surf, combinado con momentos de calma y mindfulness mediante la práctica de yoga, sesiones de meditación y conexión absoluta con la naturaleza. Gracias a Nirvana Adventures cambié por completo mi percepción de ver la vida y mi forma de vivirla. Viví una experiencia de cinco días intensa con muchos momentos que se quedaron grabados en mi interior. El trabajo del equipo de Nirvana Adventures logró fidelizar, conquistar y enamorar a muchos de sus clientes, si es que no fue a todos. 

El viaje que viví me llevó a la conclusión que mencioné anteriormente: los empresarios y emprendedores estamos en la constante búsqueda de crear y vender experiencias únicas y excepcionales. Y dada la revolución digital, muchos están convencidos de que las soluciones/productos o servicios digitales son el norte al que debemos apuntar.

Sin embargo, no olvidemos que somos humanos, que venimos de una realidad muy diferente a la que estamos viviendo ahora. Somos personas que por naturaleza e instinto siempre buscamos el calor del sol, respirar aire puro, sentir el movimiento de nuestro cuerpo y, sobre todas las cosas, siempre buscamos relacionarnos con los demás. Desde los principios de los tiempos vivimos en manada, desarrollamos habilidades para vivir en sociedad y crecer a través de nosotros mismos pero siempre acompañados. Entonces, si venimos de esa naturaleza,¿cómo esperamos fidelizar a nuestros clientes humanos con soluciones/productos/servicios 100% digitales? No somos robots para estar consumiendo, comprando y viviendo a través de pantallas, somos energía, sentimientos y emociones. Apuntemos al futuro de la tecnología sin olvidarnos lo que somos y de dónde venimos. 

EXPERIENCE ECONOMY

VALENTINA VELASCO TERÁN

Experta en UX Digitale

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