Han pasado cuatro meses desde el primer artículo que escribí y se publicó. Debo admitir que no ha sido una tarea fácil, sin embargo, se ha convertido en un nuevo hábito que disfruto y me apasiona. Escribir es un arte, desde fuera puede verse cómo una simple tarea donde solo expresas tus conocimientos, historias o ideas. Pero el acto de la escritura demanda mucho más que eso. Debes usar tu imaginación y creatividad para dar con las palabras correctas, para crear un hilo conductor entre el primer y último párrafo, para cautivar a tu audiencia e impactar en ellos. Porque no hay nada más reconfortante que los aplausos del público cuando terminas de bailar, cantar o actuar. Los artistas lo dan todo en el escenario con el único fin de despertar algún sentimiento en su audiencia, una lágrima, una sonrisa, una reflexión o hasta incluso una crítica, eso demuestra que todo el esfuerzo ha valido la pena. 

Siento que para mí lo más difícil de escribir es no saber quién es mi leyente, qué perfil tienen las personas que leen mis artículos; porque además de las tres F (family, friends, and fools) tengo curiosidad en saber a quiénes puedo llamar mis lectores. Sé que la mayoría de escritores no suelen tener estos sentimientos. Ellos escriben a ciegas, con la incertidumbre de que tal vez su libro sea un best seller o no, nadie les garantiza el éxito. Aun así lo hacen, porque les nace la inspiración y tienen la necesidad de expresarlo. 

Como especialista en UX (user experience) me es instintivo pensar en mis lectores, clientes, consumidores, audiencia. Porque como siempre digo ellos son los que tienen las respuestas, sus comportamientos, sus reacciones, sus palabras o comentarios son esenciales para saber si estamos en el camino correcto. 

Guillermo Arriaga, escritor muy reconocido, mencionó en una entrevista que su obligación como autor es escribir del ser humano “como lo que es y no como lo que quisiéramos que sea”. Coincido con él, todo escritor, artista, creador, emprendedor o empresa que tiene una audiencia que lo escucha y que cree en él, debe hablar de la realidad. Y aunque muchas veces nuestra realidad como país, como ciudadanos y como seres vivos no sea algo de lo que estamos orgullosos, la solución nunca será evadir los temas, taparlos o esconderlos para no verlos más y caminar sobre ellos como si nada, al contrario, esos son los temas de los que debemos hablar, abrir debates, provocar más ruido y así poco a poco ir creando más conciencia en nuestra población.

Recientemente fue una grata sorpresa recibir algunos comentarios de personas desconocidas sobre mi artículo: “El colegio mata la creatividad”, que en mi opinión es uno de los artículos más crudos, desafiantes y reales que he escrito porque es una realidad que nos afecta a todos, la educación es el alma de la sociedad y sin ella estaríamos perdidos.

Soy fiel creyente en la educación, creo que es el mayor aliado de cualquier persona o país que quiere cambiar y evolucionar. Y el hecho de que algunas personas me hayan hecho llegar sus comentarios sobre este último artículo, reafirma que somos varios los que estamos preocupados de este tema.

Sabemos que el magisterio está propiciando reuniones con profesores para encarar mejoras en la educación primaria y secundaria. Es oportuno que los representantes de este sector adopten nuevos métodos de aprendizaje como el learning by doing (aprender haciendo), que promueve la iniciativa, la creatividad y el autoliderazgo para formar bachilleres emprendedores e innovadores. Invito a mis lectores a que veamos de cerca el Sistema Educativo Finlandés que hoy es uno de los mejores del mundo.

EXPERIENCE ECONOMY  

VALENTINA VELASCO TERÁN

Experta en UX Digital

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