Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Volvió la alegría de estudiar

Volvió la alegría de estudiar

Yachakuna kusikuywan  kutimun. Estudiar para alcanzar una profesión es la meta de todos los bachilleres, pero este proyecto de vida tiene muchos obstáculos producto de la gestión del Estado, de las políticas educativas y de la ausencia de oportunidades.

Tukuy yachaqaqkuna mayqinkunachus Yachana Wasipi yachayta tukuchinku, qhaqsitu pacha Jatun Yachana Wasiwan wakichikuq musuq yachaykunapi yaykuyta munanku. Ñawpaq watakunapi runakuna sumaq yachaykunayuq llakisqalla kasarqanku, imaraykuchus chay instituciones y empresas públicas nisqapi paykunapaq mana llamk’ay karqachu. Chayrayku wayñuchukunaqa mama wakichikuyta musuq yachaykunapi munarqankunachu. (Todos los estudiantes que culminaron el colegio, de inmediato quieren ingresar a la Universidad a profesionalizarse. En pasados años, los profesionales estaban tristes, porque para ellos en las instituciones y empresas públicas no había trabajo. Por eso los jóvenes ya no querían profesionalizarse).

Profesionalizarse en la actual coyuntura resulta algo complicado, porque existe mucha demanda y pocas universidades e institutos públicos disponibles con plazas o cupos para satisfacer las expectativas de cientos de bachilleres.

El conocimiento en una sociedad que se precia de moderna debe ser el factor más importante para su desarrollo, solo con buenos profesionales tendremos un desarrollo científico y tecnológico. 

Se afirma con recurrencia, que en Bolivia no se valora a un profesional como en otros países, es por eso que existe fuga de capital humano intelectual. 

Yachayqa tukuypaq kikin qhasita ninku, kay kamachiy 070 yachaymanta, yachakuqkunata ciudadmanta campomanta ima mana chaqruyta atirqachu, chayrayku usqayllata waq kamachiyta wakichinanku. (En vano dicen que la educación es igual para todos; la Ley de educación 070 no pudo integrar a los estudiantes de la ciudad y del campo, por eso deben preparan otra Ley con urgencia).

Las autoridades volvieron a reconocer la importancias de los profesionales en el desarrollo del país, por eso volvió la alegría, la emoción y la confianza de alcanzar una profesión, porque al final saben que serán tomados en cuenta en la gestión del Estado, y en la administración de las empresas públicas y privadas.

La formación profesional en las universidades e institutos debe ser con calidad y excelencia, con pertinencia social y comprometida con el desarrollo.