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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Aduladores y educación

Aduladores y educación

Llunk´ukuna yachay ima. Las corrientes hegemónicas, los privilegios del poder, el monopolio en la formación de maestros, la influencia política partidaria en la designación de cargos, el servilismo sindical de algunas federaciones y confederaciones, y la cultura de los aduladores desvirtuó la esencia de la Ley Avelino Siñani – Elizardo Pérez, que nació como una esperanza para mejorar la calidad educativa, pero al paso que va acabará como la Ley 1565  maldecida y cuestionada por los mismos profesores.

¿Yachachiqkunata Imanayantaqri? Kunan umayuqkuna, yachachiqkuna yachachina wasimanta waq musuq kamachiyta yachaypaq mañachkanku, imaraykuchus mana kay kamachiy yachaymanta waliqchu kachka ninku, chantapis kay yachayqa mana aylluta yanapachkanchu. (¿Qué paso con los profesores? Ahora los líderes, los profesores de aula están pidiendo una nueva Ley de educación, porque dicen que esta Ley educativa no está bien, además la educación no está apoyando a la comunidad).

Casi la totalidad de las autoridades educativas, desde los niveles jerárquicos hasta las direcciones de unidades educativas, asumieron los cargos por influencia política, por imposición de los movimientos sociales o por el favoritismo de algún familiar con poder.

El profesor siempre tuvo por esencia la función de educar y formar a muchas generaciones de estudiantes, pero en la actual coyuntura al profesor le asignaron otras tareas que van desde las administrativas hasta las de control y asesoramiento familiar. 

Nunca más deben existir las prácticas de sometimiento, miedo, coerción y abuso a los profesores, porque la educación no tiene color ni tinte político, cuya finalidad es formar buenas personas para la nación. Yachayta chay llunk´ukuna mana allintachu apaykachachkanku, kamachiy sutinpi wakin kamachiqkuna atiyniyuq kaspa yachachiqkunata muchuchinku, ch´inyachinku ima. kunantaq nipi ñawpaq kamachiq kay kamachiyta kutikuq rikurimunchu. (Los aduladores no administraron bien la educación, algunas autoridades con poder y en nombre de la ley hicieron sufrir y callar a los profesores. Ahora ninguna exautoridad aparece para defender esta Ley).

Los “llunkus” de las autoridades educativas solo trajeron improvisación y una baja calidad educativa. La educación debe estar en manos de los profesores con reconocida formación profesional, ética y moral, con visión de futuro, con un alto compromiso y mucha resiliencia.