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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Estética corporal: ¿obsesión o necesidad?

Estética corporal: ¿obsesión o necesidad?

Durante algún tiempo, rehuí abordar el tema de la estética corporal, dadas las múltiples connotaciones que ella encierra. Su popularidad alcanzada, el empoderamiento social de la salud, el desarrollo inusitado de múltiples recursos biotecnológicos y la proliferación de clínicas y métodos, constituyen derivaciones de una creciente presión obsecada en alcanzar “estándares de belleza”, impuestos por una sociedad que valora e impulsa la satisfacción de la vanidad y la beldad del cuerpo que se ha convertido en el depositario del imaginario cultural aclamado, pero también comercial (...).

De acuerdo con el género, son las mujeres quienes frecuentemente acuden al quirófano para alterar sustancialmente su cuerpo, en respuesta a presiones socioculturales, que alientan la necesidad de contar con un cuerpo bello, para reforzar su personalidad e identidad acordes a estándares e imposiciones mediáticas determinadas; sin descartar —claro está— las visiones erróneas de afianzar conceptos de poder cifrados en la banal belleza y las tendencias de la moda (...).

Sin duda, estos centros de estética se han convertido en espacios donde la vida y la muerte, el dolor, el sufrimiento, la desesperanza, la risa y la comedia, a veces entreveradas —como siempre—en su interminable lucha, pero siempre renovada, en un acto único y original, para bien o para mal, continúan brindando sus servicios, con un elenco —sea de día o de noche—, les corresponde presentar la función.

Queda claro que, en esa irrefrenable carrera por alcanzar la perfección de la belleza corporal, la decisión final está en manos del paciente que somete su cuerpo al bisturí para esculpir en ella, ciertos patrones de la moda, pero también debe estar consciente de los riesgos latentes y hasta incluso la fatalidad, que pudiera emerger en esa búsqueda de la magnificencia. 

Es precisamente el bisturí, la herramienta que en manos expertas e idóneas suele disecar, liberar, dar vida o a veces, terminar sin desearlo con ella, pues nadie obra de mala fe (...). Al margen de esta discusión, valdría la pena volcar nuestra preocupación hacia una sociedad que, primero genera insatisfacción corporal por la presencia de estereotipos idealizantes de belleza y luego abruptamente, promueve la operación como solución a ese problema cultural (...). 

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