Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 15:36

Wilster, una microficción

Wilster, una microficción

Este es un relato de ficción basado en deseos y alucinaciones solo atribuibles a una sobredosis de fútbol. 

El miércoles 25 de noviembre, Diego Armando Maradona fue resucitado milagrosamente tras haber sufrido un paro cardiorrespiratorio que estuvo a punto de matarlo a los 60 años. 

Solo unas horas más tarde, Wilstermann visitó a Libertad, por el partido de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores de América. Motivado por la enésima resurrección del Diego, uno de sus tantos pupilos, el Pochi Chávez, se encomendó al santo plebeyo que tiene tatuado en la espalda para conducir al equipo cochabambino a un empate sufrido ante el rival paraguayo. El gol de Tacuara Cardozo, marcado al inicio del segundo tiempo, fue nivelado por un testarazo del colombiano Humberto Osorio, anotado en la agonía del partido para dejar abierta la serie rumbo a los cuartos de final.

Una semana más tarde, el miércoles 2 de diciembre, Wilster recibió a Libertad en el estadio Félix Capriles de Cochabamba. Aunque jugado sin público, el encuentro fue precedido por una manifestación masiva de hinchas rojos, que le ofrendaron al equipo de Cristian Díaz un banderazo más épico que el organizado por el gobierno boliviano para esperar el fallo de La Haya que obligó a Chile a negociar una salida soberana de Bolivia al océano Pacífico.

Sin exceso de confianza, el Hércules se lanzó a buscar el gol que la clasificación con la celeridad que demandaba la contienda. Lo encontró pronto, a las 12 minutos del primer tiempo, cuando el Patito Rodríguez conectó de bolea un rebote en el área de Libertad que su portero no fue capaz de despejar. Con esa ventaja parcial se fueron los locales a los camerinos. 

Libertad salió al segundo tiempo a buscar con desesperación el empate que prolongara su vida en la Libertadores. Pero, lejos de encontrarlo, descuidó su defensa y facilitó los contrataques rojos, que al minuto 72 se tradujeron en el segundo tanto del local, marcado desde el borde derecho del área por el Pochi, tras una asistencia medida de Aponte.

Con la clasificación en el bolsillo, Wilster se replegó para repeler los ataques paraguayos, que fueron creciendo en intensidad, hasta que un remate de Tacuara, desviado en el cuerpo del Chespi, descolocó a Giménez y se introdujo en su arco. Fue a los 89 minutos y no dio mayor margen para el empate que le daría el pase a cuartos a Libertad. El Imperio Escarlata se atrincheró en su campo y acabó ganando. Ahora le espera una nueva cita en cuartos de final de la Libertadores, esta vez contra otra de las sorpresas del torneo, Delfín de Ecuador.  

DIOS ES REDONDO

SANTIAGO ESPINOZA  A.

Periodista

@EspinozaSanti