Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 11:53

Tenemos que hablar (mal) de Aurora

Tenemos que hablar (mal) de Aurora
No soy partidario de despotricar contra los equipos rivales del que soy. Y si caigo en ese vicio, no siempre lo hago de forma consciente. Con esto quiero aclarar que no es una prioridad mía atacar a Aurora por el  solo hecho de ser el adversario local por antonomasia del Wilster. No miento si admito que le tengo una simpatía especial al club celeste, una confesión que bien podría mancillar mi condición roja o, de plano, costarme la expulsión del infierno gurka. Sin embargo, cuando se trata de despotricar contra dirigentes no suelo hacer mayores distinciones, pues no me importa el cuadro o color al que representen. En su mayoría me parecen patanes, cuando no criminales en estado larvario. No lo he ocultado cuando he hablado de César Salinas o Marcelo Claure. Y no lo pienso hacer ahora que es turno del mandamás aurorista, Jaime Cornejo. Esta semana, el presidente de Aurora se ganó mi atención por sus desaprensivas declaraciones en torno al affaire Willan Álvarez, que enfrenta al Rojo con el Celeste. El delantero y hermano de Gilbert Álvarez, que la anterior temporada jugó en Aurora, se fue a Wilstermann este año, pero hasta ahora no ha podido debutar con el Aviador por un brete legal que lo vincularía aún al Equipo del Pueblo. En la nota “Cornejo toma como ‘rehén’ a Willan y Wilster se pone plazo”, publicada por este medio el jueves 6, Cornejo fija, sin mayor empacho, tres condiciones para facilitar el traspaso de Willan a Wilster. Una es que los cinco equipos cruceños en primera desistan de una apelación contra Aurora por la presentación de jugadores juveniles contra Bolívar, en el Clausura de 2019. La segunda es que Destroyers decline de protestar ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo por su descenso irregular. Y la tercera es que los 14 clubes de la División Profesional “respeten” el consenso al que habrían llegado para aceptar que desde 2021 haya 16 equipos. No tengo nada en particular contra las tres exigencias de Cornejo. Lo que me parece reprobable es que el dirigente se comporte como un ‘terrorista’ del balompié y, tal como lo reza el titular de la nota citada, convierta a Willan en un rehén para canjear sus demandas. En el afán de velar por los intereses de Aurora, Cornejo está perjudicando seriamente la carrera de Álvarez. Lo está usando como mercadería humana, sin un mínimo de consideración ni respeto por su integridad profesional. Y ese es un comportamiento dirigencial, pero también humano, absolutamente reprochable. Una vergüenza por donde se lo vea.

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