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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Qué difícil es amar a este Wilster 2022

Qué difícil es amar a este Wilster 2022

Escribo esta columna aún con la bronca atragantada por los dos últimos partidos de Wilstermann; dos partidos que, por si hiciera falta recordarlo, perdió. El primero fue la caída ante Aurora en el clásico cochabambino de hace una semana. El Rojo llegó a ese cotejo con la autoestima alta luego de la goleada que le infligió a Guabirá en el Capriles, por la ida de la Sudamericana. El 4-0 con que se impuso a los de Montero dio la impresión de un equipo finalmente efectivo, diferente al que había perdido dos juegos en Cochabamba, ante Blooming y la U de Vinto. Diferente, también, del cuadro que había empatado de visita contra Always y que había ganado por la mínima ante Independiente Petrolero, en Villa Tunari. El Wilster que humilló a Guabirá y precipitó la salida de Tucho Antelo se parecía a ese Wilster que había debutado en el torneo 2022 ganando de visita a Royal Pari. Poco (nos) duró la ilusión.

El anterior domingo, Wilster jugó uno de los peores partidos que le haya visto en años. Pese a tener una plantilla más que respetable, con varios refuerzos de lustre, el plantel dirigido por el chileno Ponce ofreció un espectáculo tristísimo ante un Aurora que hasta ese día no había ganado un solo partido en lo que iba del campeonato profesional. Con algunas variantes respecto al equipo que alineó ante Guabirá, como la vuelta de Pochi y el ingreso de Pérez, Wilster llegaba con ventaja respecto al Celeste; pero esa ventaja se redujo a los papeles, pues nunca se materializó en la cancha. Los Aviadores debieron llegar al arco rival con ataques claros no más de tres veces a lo largo de todo el encuentro. Sus únicas chances reales de gol fueron a través de cabezazos conjurados por el arquero Cousillas. La crisis en la delantera roja no se ha resuelto con la partida de Gilbert y la consecuente llegada del Tanque Chávez. El argentino ha anotado apenas dos goles desde su debut. Tampoco el refresco de Menacho y de Osorio aporta soluciones. La escasez de gol es un problema crónico del equipo, agravado por la ausencia de creadores de juego con capacidad de tener la pelota, desequilibrar en el medio y romper las defensas rivales. El Pochi ya juega sus minutos de adición, Serginho es cada vez más irregular, Sanguinetti no aparece del todo y Castro es un suplente más. 

Este panorama, ya evidente en la derrota con Aurora, no hizo más que confirmarse de la peor manera en la goleada sufrida en Montero, que estuvo a solo a unos minutos de costarle a Wilster la clasificación a fase de grupos de la Sudamericana. Dicen que Miguel Ponce es el problema. No estoy seguro de eso. Pero, no habiendo mejores explicaciones a la mano, la suya es la cabeza que primero caerá en caso de que el desempeño del Aviador no mejore sustantivamente, en términos de resultados y de rendimiento.

DIOS ES REDONDO

SANTIAGO ESPINOZA 

Periodista

@EspinozaSanti