A principios de la década pasada, José Mourinho y Josep Guardiola se batieron en un duelo futbolístico incendiario. La llegada del entrenador portugués al banquillo del Real Madrid le puso un picante feroz a la histórica guerra entre merengues y culés, que por esos años era dominada por el Barcelona de Messi, Iniesta y Xavi. Mou arribó a la capital española avalado por su segunda Champions League, levantada en la temporada 2009-2010 con el Inter de Milán. Era el “ganador” continental que el madridismo necesitaba con urgencia para acabar con la edad de oro del “guardiolismo” en España y Europa. A la orejona con los “bianconeri” su currículum sumaba la primera que había conquistado con el Porto en 2003-2004 y la inmediatamente anterior Europa League cosechado en la temporada 2002-2003 con el mismo equipo de su país natal.

El paso de Mourinho por el Real Madrid estuvo lejos de ser auspicioso. Tampoco se lo podría calificar de fiasco, pero poco le faltó. Apenas pudo arrebatarle una liga española al Barça y cosechó una Copa del Rey y una Supercopa, títulos nacionales que no hacían sombra a los internacionales que el cuadro catalán acumulaba con Guardiola en el banquillo. El duelo, que terminó siendo más mediático que real, encarnó dos filosofías de encarar el juego: ganar con un estilo vistoso de posesión (Pep) y ganar a como dé lugar (Mou). No mucho después de medirse en las canchas y micrófonos españoles, ambos se marcharon y dejaron la guerra ibérica en manos de Messi y Cristiano. El catalán llevó su evangelio a Alemania (Bayern Múnich) e Inglaterra (Manchester City), donde se cansó de ganar títulos nacionales, pero fracasó sistemáticamente en sus incursiones continentales. El portugués fue dando tumbos en Inglaterra, coleccionando decepciones, unos pocos campeonatos nacionales y una nueva Europa League (con el Manchester United), hasta recalar en la Roma con la que el año pasado ganó la Conference League y este año fue subcampeón de la Europa League.

La racha exitosa en Europa con el equipo de la capital italiana ha devuelto a Mourinho a las primeras planas de los medios deportivos. Su nombre vuelve sonar para una posible segunda oportunidad en el Real Madrid, ante la posible salida de Ancelotti. Sin embargo, su retorno a la élite del fútbol europeo no ha sido del todo triunfal por obra y gracia del Sevilla. El equipo andaluz ha vuelto a hacer valer su supremacía en el segundo torneo en importancia del Viejo Continente. El martes 31 sumó su séptimo trofeo en la Europa League, a costa del club romano, con el que el portugués perdió su primera final en una copa europea.

Entretanto, su otrora némesis, Guardiola, ha ganado en las últimas semanas una nueva Premier League y una FA Cup. Eso sí, la gesta del catalán se antoja incompleta a la espera de su segunda final de Champions dirigiendo al City. La jugará este sábado 10 ante el Inter milanés, curiosamente, el último equipo con el que Mou alzó la orejona. 

DIOS ES REDONDO

SANTIAGO ESPINOZA ANTEZANA

Periodista

@EspinozaSanti