Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Lenguaje estúpidamente correcto

Lenguaje estúpidamente correcto

En más de una ocasión, esta columna se ha levantado como una trinchera contra el racismo que campea en el fútbol. La denuncia y condena de comportamientos discriminatorios que involucran a jugadores, hinchas,  dirigentes y hasta medios es una posición innegociable de este espacio. Con la misma convicción toca ahora lamentar los excesos que, en nombre de la lucha contra la discriminación, se cometen desde el estamento regulatorio. Voy a aludir, puntualmente, al triste episodio que ha enfrentado a la Asociación del Fútbol (FA) de Inglaterra con Edinson Cavani, delantero uruguayo del Manchester United, y todos los que han salido en defensa del futbolista. 

El origen de la controversia se remonta a un mensaje en Instagram de Cavani, en el que agradecía a un amigo uruguayo que lo había felicitado por el gol que le hizo al Southampton. “Gracias, negrito”, escribió el ariete en la red social, un mensaje que la FA juzgó como discriminatorio por sus supuestas connotaciones raciales, imponiéndole una multa de 100 mil libras (135 mil dólares) y una suspensión por tres partidos. Ni siquiera la aclaración del jugador, en sentido de que sus palabras fueron dadas en un contexto de afecto hacia su amigo, disuadió a la rancia dirigencia inglesa de revertir el castigo. Intervinieron la Asociación Uruguaya de Fútbol y hasta la Asociación de las Letras de Uruguay para denunciar, entre otras cosas, que “la sanción revela una visión sesgada, dogmática y etnocentrista que no admite más que la lectura que se quiere imponer desde su particular y excluyente interpretación subjetiva, por más equivocada que sea".

El affaire Cavani viene a ilustrar la penetración distorsionada del razonamiento políticamente correcto en el mundo del fútbol. Avalado por una premisa noble, este razonamiento ha degenerado en un dogma que no admite matices ni aclaraciones, y solo persigue la punición y el escarmiento. No ofrece margen para el análisis, menos para la discusión, sobre el contexto, esa variante clave en términos lingüísticos para valorar la intencionalidad de un mensaje. En el fondo, la dictadura de lo políticamente correcto apunta hacia una homogeneización de habla y pensamiento, con la consecuente eliminación de las diferencias a la hora de interpretar y pensar las cosas del mundo. Y eso es algo que debemos condenar enérgicamente, tan enérgicamente como condenamos la discriminación dentro y fuera del fútbol.

DIOS ES REDONDO

SANTIAGO ESPINOZA  A.

Periodista

@EspinozaSanti