Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 18:38

El fútbol boliviano no existe

El fútbol boliviano no existe

Dicen que el torneo Clausura del fútbol boliviano arrancó el fin de semana pasado. Dicen que incluso hubo partidos. Que se jugaron y reportaron goles y puntos. Dicen que este fin de semana se juega la segunda fecha del campeonato. Que algunos encuentros se celebran incluso en ciudades intermedias. Eso dicen. Patrañas.

No podemos tomarnos en serio un torneo que da más noticias por lo que pasa fuera de las canchas, por lo que ocurre antes y después de los cotejos, y no así por el espectáculo que se monta adentro de los estadios ni por las incidencias que estos registran durante los 90 minutos en que son disputados por equipos en competencia. 

No podemos tomarnos en serio un campeonato que estuvo a punto de no comenzar la semana pasada, debido al anuncio de Futbolistas Agremiados de Bolivia (FABOL) de que los deportistas no entrarían a jugar a las canchas mientras no se cumpliera el pago de salarios a las plantillas de San José y Sport Boys. 

No podemos tomarnos en serio una liga que, a poco de iniciarse, acoja la denuncia del presidente de un club, ministro de Gobierno para más inri, de que el partido que perdieron sus empleados de Sport Boys fue o intentó ser amañado por sus pares de Always Ready.

No podemos tomarnos en serio una copa en la que los estadios profesionales no están en condiciones de albergar más de un partido con pocas horas de diferencia, y obligan a clubes, jugadores, árbitros y medios a buscar auxilio en canchas de emergencia, como la de Aiquile, donde ayer debían jugar Aurora y Guabirá (digo debían porque no había certidumbre de que el cuadro montereño acudiría a la cita, y al final no lo hizo).

No podemos tomarnos en serio -o quizá sí, pero por razones extradeportivas, como el miedo o la inseguridad- una liga con equipos manejados por dirigentes que son acribillados en vías públicas, descubiertos por supuestos vínculos con el narcotráfico y con perfiles más propios del cine de Scorsese que del balompié.

No podemos tomarnos en serio un torneo que bien podría no completar su segunda fecha, algo inédito incluso en nuestro país, debido a que los clubes cruceños reclaman a la Federación Bolivia de Fútbol claridad en su política y regulación de transferencias, y hasta se atreven a amenazar con hacer su propia liga.

No podemos tomarnos en serio el fútbol boliviano, porque, bien vistas las cosas, el fútbol boliviano no existe.