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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 23:43

Dilemas de Champions

Dilemas de Champions

La vida, dicen los que piensan, se trata de elecciones. Y el fútbol, también. Elecciones que, a menudo, pueden ser crueles. Pongamos el caso del calendario de los cuartos de final de la Champíons League, que cumplió sus partidos de ida el martes y miércoles en horarios simultáneos: cada día, dos partidos a la misma hora. El martes jugaron, en Inglaterra, el Manchester City contra el Atlético de Madrid, y en Portugal, el Benfica ante el Liverpool. El miércoles fue el turno del Chelsea contra el Real Madrid, en Inglaterra, y del Villarreal frente al Bayern Munich, en España.

El martes, mi veneración por Pep Guardiola me inclinó a ver el duelo jugado en Manchester frente al equipo de Simeone. Una elección de la que, no lo niego, me arrepentí más de una vez, sobre todo cuando veía al onceno completo del Atlético de Madrid atrincherado en su área para evitar el juego creativo de los ciudadanos. Solo una genialidad de Foden, que filtró un pase improbable a De Bruyne, rompió el cerrojo defensivo de los españoles. Mientras, en el otro partido, los de Klopp se comieron a los portugueses, sobrellevando más de un susto de la mano de su nueva joya, el colombiano Luis Díaz. El encuentro tuvo más goles (acabó 1-3) y juego, y bien lo habría visto de haberse jugado a otra hora que el del City. Con la llave prácticamente sellada a favor de los ingleses, dudo que vea la vuelta en Liverpool. Tocará sufrir el cierre de la otra llave, aún incierta, en la capital española.

El miércoles me decidí por ver el partido que se perfilaba como el más disputado: Chelsea contra Real Madrid. Aunque ninguno de los dos equipos me provoca más que desprecio, lo seguí con la esperanza de que los ingleses, vigentes campeones de la Liga de Campeones, hicieran valer su localía. No contaba con que la “macumba” de Benzema contra los arqueros rivales se cebaría también contra Mendy, el meta senegalés que, no contento con adornar los dos primeros goles de cabeza del francés, le regaló el tercero con el que se clausuró el partido y, probablemente, la serie toda, que finaliza el martes en Madrid. Solo cuando ese juego ya estaba liquidado, en el segundo tiempo, vi por unos minutos el cotejo paralelo que jugaron el Villarreal y el Bayern. Me quedé vociferando contra la inutilidad de los españoles para meterle más goles a Neuer, quien, en un guiño a su colega del Chelsea, le regaló a Gerard Moreno una pelota que no supo embocar desde larga distancia. Con una ventaja mínima (1-0) para los amarillos, cuesta creer que los alemanes no sean capaces de remontar la serie. Así que esta vez sí veré su partido de vuelta, pues es poca la fe que le tengo al club londinense, que sigue de duelo por el alejamiento de su otrora dueño, Roman Abramovichm, y tiene una vuelta complicada en casa.

DIOS ES REDONDO

SANTIAGO ESPINOZA 

Periodista

@EspinozaSanti