Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 00:24

La alegría vuelve a ser brasileña

La alegría vuelve a ser brasileña

La recta final de la Copa Libertadores ha sido cruel con el fútbol argentino. Sus dos clubes más grandes y populares, Boca Juniors y River Plate, fueron despachados en semifinales por dos equipos brasileños, para indignación desbocada de la prensa deportiva porteña, que llora estas derrotas incluso más que los futbolistas y sus dirigencias. Boca se marchó tras empatar (0-0) de local y caer goleado (0-3) en la vuelta con Santos, mientras que River dio más pelea luego de perder la ida en Argentina (0-3) y ganar la vuelta de visita ante Palmeiras (0-2). 

No me interesa abonar a la controversia sobre el papel del VAR en el segundo cotejo de River, anulándole un gol y un penal a su favor que bien pudieron cambiar el curso final del partido y de la llave. Lo cierto es que los tres goles que recibió en la ida fueron determinantes para precipitar su desclasificación. Diferente fue la suerte de Boca, que jugó mal sus dos encuentros y no ofreció margen para buscar otros chivos expiatorios al margen de su técnico (Russo) y sus jugadores (con la salvedad de Tevez y Andrada).

La constatación más triste para la prensa deportiva argentina es la pérdida del dominio que habían alcanzado sus principales equipos a nivel continental, cuyo momento consagratorio fue la final más larga y accidentada del mundo jugada en el Santiago Bernabéu a finales de 2018, con victoria de River. Si en 2017 Lanús perdió la Libertadores ante Gremio, en 2018 el campeón y subcampeón fueron porteños y en 2019 los Millonarios arañaron un nuevo título (arrebatado por el Flamengo en los últimos minutos), en el campeonato 2020, que está terminándose de jugar en 2021, los clubes argentinos han quedado fuera de la final, una instancia en la que habían tenido una presencia superior a la de otros países en el último lustro. De hecho, River había sido campeón en 2015, ya bajo conducción de Marcelo Gallardo. La Copa de 2016, levantada por Atlético Nacional de Medellín, había sido, hasta este 2020, la última que no tuvo en su final a un equipo argentino. 

Así las cosas puede que, más que una crisis general del fútbol argentino a nivel clubístico, la final brasileña de 2020-21 nos esté revelando el ocaso del imperio del River de Gallardo en el fútbol continental. Después de todo, en los últimos cinco años y con el Muñeco en la banca, el equipo bonaerense disputó tres finales y ganó dos de ellas. Habrá que ver si Gallardo continúa al mando del club y si es capaz de reinventarse una vez más para la próxima Libertadores, cuyo inicio y desenlace está a merced del coronavirus.

DIOS ES REDONDO

SANTIAGO ESPINOZA  A.

Periodista

@EspinozaSanti