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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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África, ¿el futuro del fútbol?

África, ¿el futuro del fútbol?

“El futuro del fútbol pasa por África”. La sentencia es de Roger Milla, ídolo camerunés, votado como uno de los diez mejores futbolistas africanos de la historia, un delantero que metió goles en mundiales hasta los 42 años y fue elegido el mejor futbolista de su continente en dos momentos tan alejados entre sí como 1976 y 1990. En suma, alguien con la suficiente autoridad profesional para predecir sin ambages el futuro del fútbol.

La sentencia de Milla tiene ya sus años: es de 2008. Así que no estaría de más preguntarse si ese futuro al que alude ya ha llegado o si aún está por llegar. Habría que preguntárselo, pero, como ahora mismo no es posible, asoma en esta columna para prologar unas impresiones en torno a la Copa Africana de Naciones, que concluyó hace una semana, con la proclamación de Senegal como campeón, un título que ganó por primera vez en su historia.

Pese a tener mucha menos prensa que la Eurocopa o la Copa América, la Copa Africana disputada entre enero y febrero mereció una cobertura mediática razonable. Muchos de los partidos del torneo, jugado en Camerún, fueron pasados en televisión por cable y streaming. El campeonato se sintió particularmente en Europa, con sus ligas diezmadas por la partida de algunas de sus estrellas, que se marcharon por unas semanas a fin de buscar la gloria en su continente de origen. Fue el caso de Salah, Mané, Hakimi, Mahrez, Iheanacho, Koulibaly, Bono, Mendy, Onana, Gueye, por mencionar algunos apellidos con lustre en el mundo del fútbol.

Tuve chance de ver algunos de los partidos, en especial los que se jugaron de cuartos de final en adelante. Y no voy a mentir: no vi mejor fútbol que en la Copa América, mucho menos que en la Eurocopa. Sí vi un torneo harto equilibrado, con encuentros reñidos, muy pocos goles y frecuentes encontronazos físicos que acabaron con jugadores hospitalizados. (Eso sin contar el “color” de las tribunas, que tanto deslumbran a los relatores argentinos afectos al exotismo.)

Ni siquiera el equipo campeón, el Senegal que en la final se impuso a Egipto por penales, exhibió un fútbol genuinamente atractivo, pese a que todos sus jugadores en cancha se ganan la vida en clubes de la Premier, la Liga 1 o la Serie A, esto es, la élite del fútbol actual. Al igual que los otros seleccionados africanos, el senegalés practica un fútbol intenso y ágil, pero también tosco e impreciso, con rachas de talento y lagunas de contundencia. A ratos, uno podría sentirse tentado a pensar que es una versión aún sin pulir de la Francia africanizada que ganó el último mundial.

Queda mucho por pensar y decir sobre el fútbol africano. Puede que haya una nueva oportunidad de volver a él pronto, en marzo, cuando se jueguen las llaves para definir a los clasificados para Catar y se vuelvan a medir, por ejemplo, el Senegal de Mané y el Egipto de Salah que ya se vieron en la final de hace una semana.

DIOS ES REDONDO

SANTIAGO ESPINOZA 

Periodista

@EspinozaSanti