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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Retroceso en la educación atribuible a la pandemia

Retroceso en la educación atribuible a la pandemia

En esta pertinaz pandemia  es muy aconsejable recurrir a la historia para paliar las deficiencias de la educación virtual, de esta manera no infligiremos un daño casi irreparable a nuestra juventud. 

La educación en Roma giraba en torno a la vida pública y se exigía solo el cumplimiento de deberes de familia y un conjunto de fundamentos de la vida social y política, esta educación se daba en casa a través del padre como cabeza de la familia y como elemento del Estado. Todo lo expresado significa ineludiblemente un retomar prolijo de los padres en la actividad de supervisar personalmente la educación que se está impartiendo vía zoom a los estudiantes durante estos últimos dos años de pandemia.

¿ Por qué afirmar que la pandemia ha causado mermas en la educación de los niños y jóvenes con calificación de insuperables? El cierre de la escuelas y colegios por las recurrentes  cuarentenas y remediar este caótico escenario educativo,  no solo es necesario restablecer las clases presenciales con todas las medidas estrictas de bioseguridad, sino que se debe  dar un apoyo educativo a los estudiantes, siendo los padres  protagonistas indiscutibles e indispensables, independientemente que se contemplen apoyos educativos planificados en las escuelas y colegios.

¿Cuál sería el apoyo educativo en las escuelas y colegios? Se debe derivar a lo sencillo y la teoría de conocimiento como parte de la Filosofía recomienda repasar los conocimientos adquiridos anteriormente hasta igualar al programa vigente del año. ¡Cuántos innumerables conocimientos más habríamos añadido a nuestra cultura si hubiésemos repasado lo aprendido a las tres o cuatro horas después de haberlos escuchado en clase! 

Los daños más significativos que ha ocasionado la actual pandemia son sin traslapar nada casi irreparables a corto tiempo, pues la interrupción de la educación y las clases vía zoom que no están a disposición de la mayoría de millones de niños, ha originado que hayan perdido ostensiblemente el aprendizaje académico que habrían adquirido si hubieran estado en las aulas.

Es tan grave el daño educativo en estos dos años de pandemia, que las estadísticas suministradas por un organismo serio como Unicef (incluyendo nuestro país) infieren que hasta un 70% de los niños de diez años sean incapaces de leer o comprender un texto sencillo, cuando no había pandemia  fluctuaban en un 50%.

Esta situación de calamidad en la educación también afecta a los países llamados de primer orden, no solo a los deprimidos que acusan mayores necesidades de educación; así en EEUU se han observado pérdidas de aprendizaje; en el país más  extenso de América Latina como Brasil, tres de cada cuatro niños están por debajo de su nivel de lectura y peor, se está desmotivando a los niños a volver a la escuela. En esta columna no citamos específicamente los estados  de salud mental  y la tasa de ansiedad y depresión en niños y jóvenes. 

La moraleja de esta columna estriba en los padres que deben retomar con energía y entusiasmo la supervisión de la educación de sus niños y jóvenes; si disponen de las clases vía zoom, acostumbrarlos y reflexionarlos sobre la participación activa y la retroalimentación en cada clase. En las familias que no disponen de este medio electrónico para recibir clases, los padres deben afrontar este reto que constituirá una nueva realización en su vida, además de vincularse más íntimamente con sus hijos.

FORO

RAÚL PINO-ICHAZO T.

Abogado, posgrados en Derecho Aeronáutico, Arbitraje y Conciliación; Filosofía y Política

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