Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 17:55

Líneas aéreas nacionales

Líneas aéreas nacionales

La actual situación de transferencia a capitales extranjeros de Amaszonas que todos los bolivianos esperan que se solucione por la necesidad de preservar a un colectivo laboral, que se ha sacrificado muchos años en erigir una compañía aérea que representa un intangible muy valioso. La propuesta de los inversionistas brasileños no debe encandilarnos, pues es seguro que cubrirán los puestos directivos con sus connacionales, dejando a nuestros técnicos  y personas calificadas en una tácita desocupación.

Existen ingratos antecedentes de inversionistas brasileños que desmantelaron inmisericordemente a la mejor línea aérea sudamericana  de entonces que era el Lloyd Aéreo Boliviano.

La situación mediterránea de Bolivia y la cualidad de  ser un país eminentemente aeronáutico  a consecuencia de su accidentada  orografía, debería hacer meditar  con proyectos y leyes eficaces inmediatas a las autoridades sobre este filón de riqueza aún no explotado, preservando lo existente, pues es muy difícil establecer una línea aérea, administrarla, explotar las rutas elegidas, crecer en patrimonio y prestigio, y ante todo evitar los monopolios que a la postre, paradójicamente, constriñen un mercado, baja la calidad de atención al pasajero que es el que sustenta  a las aerolíneas  y no permite un crecimiento regular del mercado evitando su expansión y que se produzca el fenómeno del salto cualitativo del transporte terrestre al aéreo, que en nuestro país es muy considerable, solo es suficiente comprobar las estadísticas de ocupación de transporte terrestre.

La explotación del tráfico aéreo  es la base fundamental para el real despegue económico del turismo en Bolivia: si no se soluciona el aspecto del transporte aéreo se convierte en una falacia cualquier proyecto de llegar a más del millón de turistas anuales, como primer objetivo.

Si asentimos que la presencia de nuevas líneas aéreas en el país es factor de generación  de riqueza y empleo, independientemente de otros valores agregados como la formación de personal boliviano en la dinámica y cambiante industria, que decanta en la adquisición de una profesión técnica válida para todos los países donde haya ejercicio de la aviación, es una contradicción que los propios cuerpos jurídicos que regulan la aeronavegación no formulen  medidas atractivas para el incremento del tráfico aéreo en Bolivia, que ya sufre, con una infraestructura de aeropuertos muy aceptable en relación con otros países, especialmente los limítrofes, de muchas horas de ociosidad en la actividad cotidiana, y sirven mayoritariamente para los vuelos de cabotaje, que tampoco reflejan índices de intensa actividad. 

Es una entelequia pretender hacer de Bolivia un país atractivamente aeronáutico, si constatamos que los costes del ejercicio de la aviación son muy altos o altísimos, como sucede con el tema del combustible para la aviación, que actualmente, por la aplicación de fórmulas complicadas e ininteligibles en la aplicación del precio al consumidor, ese imprescindible derivado del petróleo aparece gravado con impuestos que alcanzan el 71%, por supuesto muy superior  a los vigentes en los países limítrofes y extra limítrofes.

Bolivia no puede abstraerse de los condicionantes económicos imperantes, que en la actualidad conspiran para que la actividad de la aeronavegación imprescindible en nuestros días, se haya tornado en  el desarrollo de constantes procesos de evaluación de costes, precisamente por la sensibilidad de la misma : se gastan enormes sumas de dinero en el perfeccionamiento de la seguridad para los pasajeros que inevitablemente inciden en el coste de los billetes de pasaje, aunque se aclara que este gasto tiende a la preservación de la vida humana que es nuestro máximo valor. Lo ideal, puntualizando en términos económicos, es que  los costes generales de la operación aeronáutica incluida el combustible no sobrepasen el 35%.

Por otro lado, no se debe descuidar nuestra fe de Estado para cumplir los convenios internacionales, y en este punto precisamente el país al ser signatario de Convenio de Varsovia se compromete a crear infraestructura aeroportuaria, una aeronavegación internacional con presencia de multitud de líneas extranjeras de tráfico regular, con condiciones óptimas de seguridad, económica, accesible  y libre de monopolios.

FORO

RAÚL PINO-ICHAZO T.

Abogado, posgrados en Derecho Aeronáutico, Arbitraje y Conciliación 

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