Engendrando democracia e igualdad para la mujer
Existen numerosas interpretaciones del feminismo, unas críticas otras más indulgentes, pero no se puede soslayar que es un movimiento razonablemente estructurado y que propugna la igualdad real y efectiva con los privilegios endémicos del hombre.
El problema fundamental, a opinión del columnista, es que las sociedades avalan la primacía del hombre no obstante que ese legado histórico es un lastre incómodo e irracional, que impide al hombre a no estar obligado a fundamentar su presunta supremacía todo el tiempo y sobre todo entender conscientemente que competir con la mujer libremente en base a capacidades, es el mejoramiento sustancial de este mundo.
El estrato intelectual que perjudica ostensiblemente para lograr ese estado ideal de igualdad de derechos civiles y oportunidades es el de los teóricos políticos; simplemente para reforzar esta afirmación basta leer a varios autores, mujeres y hombres, donde aquellos desarrollaron una retahíla de argumentos explícitos para justificar su misoginia, entendida como aversión y odio a las mujeres.
¡Por Dios qué dislate! odiar a la mujer: el ser más importante de la creación.
Luego, otros autores trataron de ser magnánimos y alegaron hipócritamente como fieles devotos de Tartufo la falta de méritos; error tan prosaico que ni siquiera se dieron cuenta que dejaban a las mujeres fuera de toda dialéctica y conciliación de posiciones, en sus justas e irrefragables demandas.
Así, con lo precitado, dolorosamente, las mujeres han sido excluidas o peor, ignoradas y subsumidas en los hombres, en lugar de tratar a la mujer como el único hálito de esperanza cierta para mejorar la estabilidad, equilibrio de oportunidades de género y racional tratamiento de la política mundial.
Escasos autores, con un criterio vívido de libertad y concepción interna de la igualdad que mora definitivamente en sus espíritus, entienden que la política debe reconstruir los conceptos arcaicos de los prejuicios de género y sobre todo, inexcusablemente, debe redefinirse la democracia con ambos sexos discutiendo sobre ella.
FORO
RAÚL PINO-ICHAZO T.
Abogado, posgrados en Derecho
Aeronáutico, Arbitraje y Conciliación; Filosofía y Política