Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 00:24

Autoridad y servidores públicos

Autoridad y servidores públicos

Esclarecedor es conocer que se designa con el término autoridad al conjunto de cualidades propias de una persona física o moral, que motivan o despiertan un asentimiento personal del sujeto de la autoridad.

Difiere sustancialmente tanto en la coacción moral y física como del asenso fundado en el examen del objeto que se presenta. Este asenso del entendimiento basado en la autoridad recibe el nombre de fe, el de la voluntad, de la conducta y  obediencia.

Es conocido e incontrovertible el fundamento que una burocracia bien formada es decisiva para la gestión de todo Estado; aquellos que componen la burocracia de todo Estado son los servidores públicos, los cuales esperan con legitimidad que ante cualquier cambio de gestión se sometan a autoridades que continúen y promuevan su formación ininterrumpida y moderna en la administración y, que por sus conocimientos y experiencia en la entidad donde gestionen, generen admiración, pues toda autoridad  para ser obedecida con asentimiento debe ser admirada por su sapiencia.

Este aspecto es vital para la exitosa conducción de un Estado, pues siempre el asentimiento de un servidor público hacia la autoridad debe reposar  exclusivamente en la superioridad de la persona en conocimientos, debiendo su origen a su experiencia, saber, poder y carácter.

En los servidores públicos, la autoridad se manifiesta de oficio en el sujeto de autoridad y las exigencias de la misma trasuntadas en mandato, orden o prohibición dentro de los límites que sus atribuciones obligan, en conciencia, bajo sanciones. La fundamentación de la autoridad depende de la concepción del universo que se profese, siendo por consiguiente distinta según se trate de una concepción individualista-liberal, socialista, materialista, biológica-racista, esta última sería una aberración.

Sobre todas las cosas es importante que se acepte la autoridad cuando uno ha superado los requisitos morales, intelectuales y de experiencia probada, pues de no hacerlo, al final de su gestión, si es que no lo destituyen antes, deberá retirarse a la soledad y al olvido, o sin eufemismos, a la muerte civil.

FORO

RAÚL PINO-ICHAZO T.

Abogado, posgrados en Derecho Aeronáutico, Arbitraje y Conciliación

[email protected]