Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Adelantémonos en las actitudes después de la vacuna

Adelantémonos en las actitudes después de la vacuna

La vacuna con su presunto efecto liberador de contagio futuro e inmunización, podría generar muchas actitudes en la población sobre la cuales debemos reflexionar para no cometer  injusticias frente al prójimo.  Así se  presenta el panorama próximo que las personas que hayan sido vacunadas  aspiren a tener tratamiento preferencial en los transportes, en los mercados  y  en todas las citas  de  servicios públicos y asesoramiento de diversa naturaleza.

Debemos considerar que la vacuna no nos encumbrará a un nivel superior frente a otros ciudadanos que decidieron no vacunarse; entonces, esa actitud madura eliminará la posibilidad de observar  a los no vacunados como ciudadanos de segunda clase. Esta será una prueba de fuego expresado coloquialmente, de nuestra  equidad y solidaridad frente al prójimo, preservándole todos sus derechos sin pretensión de prevalencia sobre ellos, mientras cumplan con rigurosidad draconiana las prescripciones sanitarias para no contagiar al prójimo.

De esta forma habremos comprobado nuestra decisión a cumplir la Constitución sobre derechos fundamentales que denotan una acción recíproca de responsabilidad frente al otro. Es una realidad incontestable que las personas por múltiples razones pueden  resistirse a  ser vacunadas y, en una  consideración respetuosa a la decisión personal, es mandatorio respetarla, empero, conociendo que la vacuna nos protege en diferentes porcentajes de seguridad, no hacerlo, es un tácito rechazo a la preservación  de la vida.

2020 y 2021 en su hemiciclo de vida fueron años irregulares sin precedentes, pues su naturaleza de pandemia nos hizo reflexionar sobre la preservación de la vida y el acercamiento a las virtudes y a los valores, aunque no fue con pleno convencimiento interior sino por el temor a morir. Pero lo anterior es irrelevante si la conducta del humano frente a una pandemia que no conoció su generación es consecuente a preservar su vida  y la de los demás; es la estructuración de la solidaridad.

Ahora que en un tiempo realmente corto e inesperado por los propios epidemiólogos se logran vacunas de diferentes laboratorios en el mundo, es importante comprender que, aun estando vacunado, se deben mantener la normas sanitarias vigentes y estrictas para evitar contagios, pues la humanidad no sabe a ciencia cierta el poder de inmunización exacto de cada vacuna y su permanencia en el sistema inmunológico.

Lo vital es que las poblaciones no cambien sus actitudes de solidaridad, equidad e igualdad  frente al prójimo que no se vacuna, pues nadie debe  sufrir tratos degradantes, discriminatorios, como derecho fundamental, por haber elegido la opción de esperar los resultados de las vacunas o simplemente no aceptarlas.

Otro elemento que se debe observar es la igualdad, pues la discriminación a otro ser humano por el simple hecho de haber elegido otra opción  es degradación humana  que genera  sufrimiento  tanto en el ámbito público  como privado. Así lo estipulan las diferentes constituciones de los países  garantizando el acceso a la salud de todos los ciudadanos sin discriminación no exclusión alguna.

Para ello existen políticas públicas que se basan en la solidaridad, eficiencia y corresponsabilidad.

FORO

RAÚL PINO-ICHAZO T.

Abogado, posgrados en Derecho Aeronáutico, Arbitraje y Conciliación

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