Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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¿Y el tren bioceánico?

¿Y el tren bioceánico?

El presente interinato debería ocupar su tiempo en adoptar dos medidas históricas: el tren bioceánico y la eliminación de las aduanas.

Es tiempo de llevar adelante una negociación estratégica para Bolivia, como es el Tren Bioceánico Ilo-Santos, que enlazará el Pacífico con el Atlántico, Perú con Brasil, a través de Bolivia. Recordemos que el de Chile de Piñera planteó un trazo alternativo que es más largo y más caro, pero Perú y Bolivia dieron pasos gigantescos al conseguir socios en Europa, que invertirán en el tren.

Si conseguimos el tren, podremos establecer una zona franca en todo su recorrido, donde podremos ofrecer servicios de mecánica, albergue, restaurantes, agencias de viajes y aeropuertos próximos, y otros, al mismo tiempo que los recursos naturales queden en manos del Estado, pues no de-ben ser entregados a las transnacionales.

Un incentivo adicional sería la eliminación de aduanas en la zona franca y la eliminación gradual de esa institución y su reemplazo por los pagos de IVA y otros a Impuestos Nacionales. La Aduana, en tiempos de gastos reservados, solo sirvió para financiar la corrupción estructural del Estado boliviano y todavía alienta como botín. En Bolivia, el contrabando se ha extendido de modo increíble, se ha democratizado, pues si antes había una o dos familias que lo practicaban, hoy hay millones. 

Sin embargo, si se eliminan las aduanas, todos los comerciantes serán legales y deben extender factura para la recaudación del IVA y del IT. ¿El personal de aduanas? Está por verse si se los incorpora a Impuestos para el cobro de facturas, pero esa es tarea de los economistas.

La ALP tiene en sus manos ambos asuntos: el tren y la eliminación de la Aduana.

Si liquidamos la Aduana, no solo cortaremos las uñas a quienes aprovechan esa fabulosa fuente de corrupción, sino que ya no habría contrabandistas: todos quienes comercian con el exterior serian legales. Los montos que pagan a la Aduana se resolverían dando factura y consolidando el IVA. Pero esta no es tarea nuestra, sino de los economistas, quienes están obligados a mejorar, inventar, crear formas de recaudación nuevas.

El corredor bioceánico nos permitiría acceder como país a ambos océanos, pero ese corredor y más tarde todo el país se beneficiaría con el pago oportuno del IVA y de todas las facturas. Esta es una idea que planteo desde hace varios años, desde que se insinuó la posibilidad de tener un tren bioceánico y se avanzó en ello. Ustedes tienen la palabra, sobre todo, los economistas.

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