Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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La revolución industrial

La revolución industrial

La revolución industrial se inició no en Manchester o Liverpool sino en las minas y plantaciones americanas, donde había escasez de mano de obra, un factor que exigió la implementación de tecnologías mecánicas nuevas.

En minería, España aportó la tecnología más avanzada de Europa, pero era inadecuada para la altitud y el desierto altiplánico, donde no funcionaban las fundiciones europeas debido al aire enrarecido. En cambio, los nativos indígenas usaban las guayras u hornos de viento. De esto se dieron cuenta los colonizadores españoles y obligaron a los indígenas a fabricar 15.000 guayras para uso de las minas españolas. 

En México, el mercurio o azogue comenzó a ser utilizado en 1556 para beneficiar los barros que contenían plata de menor ley. Esta era una tecnología española y los primeros contingentes de azogue fueron traídos de la península, hasta que en la gestión del Virrey Toledo se descubrió las minas de ese mineral en Huancavelica, Perú. Con ello se pudo beneficiar minas antiguas mediante la excavación de 30 lagos artificiales, la utilización de martillos gigantes que convertían las rocas extraídas en harina fina, que luego era mezclada con azogue por indígenas o mulas en unos recintos enormes de piedra laja. El mercurio pelaba las patas de las mulas, que no resistían más de una semana, por lo cual era más barato utilizar mitayos, aunque sufrieran daños irreversibles en sus pies.

El acuñamiento de monedas en Europa era manual, con el uso de martillos y punzones; pero en Potosí, la Casa de Moneda inició en 1773 la acuñación bajo techo con ruedas hidráulicas. De este modo fueron acuñados 3 millones de pesos de plata, al igual que en México bajo el reinado de Felipe V. En 1640 el padre Alonso Barba publicó el libro Arte de los metales, que describe la metalurgia de su tiempo. Barba vivió en Potosí y de esa experiencia salió el libro mencionado. En suma, Potosí era una fábrica de hacer dinero, la primera fábrica moderna del mundo entero, prontamente seguido por Guanajuato, Taxco, Pachuca, Sombrerete, Durango y Fresnillo y Porco, este último también ubicado en la Audiencia de Charcas, hoy Bolivia.

La colonia fue un intercambio de instituciones y tecnologías, donde las cosas no llegaban solo de Europa, es decir, de la Metrópoli al Nuevo Mundo sino de este a Europa.

El caso de la acuñación de moneda no era el único, sino también la organización espacial de las fábricas. Hasta Colón no se destinó galpones para alojamiento ni cotos reservados para los obreros en Europa.

OJO DE VIDRIO

RAMÓN ROCHA MONROY

Escritor, abogado y  "Cronista de la Ciudad"

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