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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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En memoria del Pájaro Mérida

En memoria del Pájaro Mérida

Yo le decía Ájaro Herida; nos conocimos hace más de 40 años, cuando era la cabeza indiscutida del Centro Cultural Juan Wallparrimachi, y a todos sus integrantes les decíamos Los Pájaros, por él.

Era esposo de la Flaca Antezana, mujer aguerrida si las hay, y de Soraya Luján, hija del gran escultor Emiliano Luján. Provocó el silencio, la defenestración de Los Pájaros y la muerte civil de su partido cuando fue a La Habana y retornó con otra pareja, la mamá de Emiliano L, como la Flaca lo fue de Eva.

Hicimos juntos las primeras travesuras artísticas. Creo que contribuí al paso del centro de los audiovisuales al video. Y, más tarde, una película suya sobre un cuento mío, “Espejos”, en la cual debutaron gente valiosa como Claudio Araya y Christian Castillo, Pamela Franco y …Ramírez. Luego lo vi cuando fui Biciministro y le di un cargo, para que distrajera su soledad.

Siempre pensé que Luis Mérida Coimbra era más poeta que cineasta. Me lo confirmó con, al menos, tres libros, de los cuales el tercero es su obra maestra, muy superior a las demás.

Era tataranieto de Francisco de Paula Sanz, gobernador del Potosí colonial y nieto de Eva Sanz. Pero, sobre todo, era un poeta, un hombre demasiado humano y una persona que se acercó al proceso de cambio con antecedentes conocidos.

Era el segundo de Tonchy Marinkovich, cuando este fue director de Extensión Universitaria; y, como tal, hombre de confianza de Evo Morales, cuando este era dirigente sindical y era frecuente que lo viéramos en la UMSS, incluso en el comedor universitario, donde tenía beca. Puede confirmar esto mi hija Raquelita, que era secretaria del Pájaro, muy elogiada por Evo, que ostentaba su actitud despreocupada ante la vida y su eterna sonrisa. Hoy Raquelita llora su partida; yo coincido con ella.

Si alguien merece un homenaje del MAS-IPSP es el Pájaro Mérida, por su integridad revolucionaria y porque derivó naturalmente del MIR al MAS. No lo hizo con alharaca: no era su estilo, sino con la actitud sobria de un caballero.

Familia de artistas los Mérida, que tiene en Marcela un ser superior para la pintura, la alfarería y la escultura. Recuerdo emocionado cuando el Pájaro le dedicó un discurso en la inauguración de su muestra en el Hotel Cochabamba. Entonces decidí que el Pájaro era ante todo un artífice de la palabra.

Lo vi en Villa Tunari y me presentó a su mujer y a un niño recién nacido, a quien lo presentaba como su hijo. Fue cuando las “Bartolinas” me otorgaron una distinción por mi libro “Líder a palos”, del cual se repartieron miles de ejemplares.

OJO DE VIDRIO

RAMÓN ROCHA M.

Escritor, abogado, “cronista de ciudad”

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