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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Kant, Hegel et al

Kant, Hegel et al

Kant dice:

La raza de los americanos no puede educarse. No hay fuerza motivadora porque carecen de afecto y pasión. Ellos no están en el amor, por eso tampoco tienen miedo. Apenas hablan, no se acarician mutuamente, nada les importa y son haraganes.

Kant dice: “La raza blanca posee en sí misma todas las fuerzas motivadoras y talentos” y es necesario estudiarla con exclusión de las otras, pero la humanidad europea en Kant se convierte en humanidad universal.

Esto lo estudió un profesor hindú condecorado por el expresidente Obama. No obstante, en nuestro país, excolonia, hay muchos “kantianos” que se vanaglorian del talento de Kant. ¿Por qué? Porque leyeron las lindezas que escribía para Europa, no para las colonias, y así Hegel y otros pensadores actuales, incluidos los posmodernos. La posmodernidad no es problema nuestro, es problema europeo que alborotó a pensadores franceses e italianos como Lyottard y Vattimo, pero no nos concierne.

Otro caso notable es el del francés-búlgaro Tzvetan Todorov, que murió hace dos o tres años y fue elogiado como lingüista y estructuralista, no como investigador de la otredad. Incluso en México se repitieron esos homenajes, pero en Nosotros y los otros dice que ningún exceso de violencia fue peor como el sentido de otredad con que tratamos a los originarios de América. Y traza una larga lista de citas en las cuales está Voltaire, Le Bon, Renan y, por supuesto, Kant y Hegel. Termina en Hitler y permite encontrar el hilo conductor del pensamiento colonialista: el miedo a la mezcla de sangres. Hitler amaba un mundo de niños alemanes robustos, hijos de alemanes robustos, que fueran atendidos en hospitales alemanes por personal médico y enfermeras de Alemania, y os niños defectuosos que fueran fulminados, como lo fueron los locos y los minusválidos alemanes. Pero ese pensamiento se encuentra en Kant, en Hegel, en Hume, en Stuart Mill…

Por orgullo de excolonia, no puedo aceptar a estos pensadores que nos ignoran o nos ningunean, cuando no nos insultan, como el gran Voltaire, para quien los negros eran el producto de las violaciones de las muchachas ¡por los gorilas!

Todo esto y más enseñaba en mi materia de Filosofía Política, donde hoy me jubilé, en especial que de nada nos va a servir acumular agravios sobre lo que ocurrió hace 500 años, sino desterrar la colonia de nuestras relaciones sociales actuales. Y también no negar sino problematizar, no buscar soluciones, limitarse a problematizar. Porque ignorar estos problemas o decir que ya fueron superados, eso no está bien.

OJO DE VIDRIO

RAMÓN ROCHA M.

Escritor, abogado, “cronista de ciudad”

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