Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 10:58

Inversiones en Santa Cruz

Inversiones en Santa Cruz

Las inversiones nacionales y extranjeras corren peligro en Santa Cruz por su inseguridad jurídica; y ahora quizá propongan a las autoridades de otras ciudades volver al pasado, masivamente, cuando emigraron a la “locomotora de la economía boliviana”.

El paro de 36 días decretado por el comiteísmo y los bloqueos de carreteras, clausuran el paso de la economía cruceña a su pulmón más sólido, el mercado interno. Hoy se prohíbe proveer de carne, pollo y granos al interior del país, y esto hace que la evaluación de las inversiones sea contraria a los intereses comerciales de Santa Cruz. Cuánto no quisieran algunos empresarios cruceños que se abran las fronteras, la exportación sea libre y suba el dólar. ¿Para beneficio de quiénes? Solo de ellos, mientras miles y miles de bolivianos ven restringidos sus escasos ingresos. Pero a ello se opone la economía oficial, que consiste en proveer primero al mercado interno y solo exportar los excedentes.

Pronto la huida de las inversiones, que antes se posesionaron de Santa Cruz, se hará incontenible. A este exceso han llegado los comiteístas de arriesgar su seguridad jurídica con un paro de 36 días, el bloqueo de caminos y la prohibición de proveer de carne, pollo y granos al interior del país.

Será masiva, nos atrevemos a pronosticar, hasta que los cruceños reaccionen y se den nuevas autoridades que restituyan la seguridad jurídica de la región. Nadie en el interior quiere el mal para Santa Cruz, sino que los intelectuales cruceños de una vez asuman el rol nacional que les corresponde, eliminando una mala administración comiteísta disfrazada de demócrata.

Los mismos comentaristas cruceños despotricaron contra la mala política de sus líderes, que prefieren la bonanza económica a cualquier esfuerzo en defensa de la patria. Esto ocurrió con el llamado “cabildo del millón”, que concluyó cuando los empresarios cruceños volvieron los ojos a la economía: se venía la Feria y ellos no podían renunciar a sus cuantiosas ganancias.

La economía cruceña antes que la política nacional es una de las limitantes del comiteísmo; entretanto, departamentos como Cochabamba y Beni han reaccionado al paro y la prohibición y exigen una carretera directa por el TIPNIS para mutuo beneficio de ambos departamentos. Esta ausencia de conexión terrestre ya dura un siglo o más, pero recrudeció con el paro y la prohibición.

Urge volver a la normalidad, con un gobernador que obedezca al pueblo cruceño y no al comiteísmo; que gobierne desde su puesto y no desde la cárcel; que otorgue seguridad jurídica a la inversión nacional y extranjera; que el Cristo redentor no sea más un motivo de regionalismo racista (recordemos el chiste: El Cristo abre los brazos y dice: Hasta aquí nomás, collas, cuando quien lo ejecutó era Emiliano Luján, nacido en Arani, -Cochabamba, Collasuyo).

OJO DE VIDRIO

Ramón Rocha Monroy

Escritor, abogado y  "Cronista de la Ciudad"

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