Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 12:31
Fin de año

Conviene hacer un balance desapasionado de lo que ocurrió en 2022. El conflicto más grande fueron los días de paro en Santa Cruz, promovidos por el Comité Cívico. (¿Dónde andan los jóvenes venezolanos que infestaban nuestras calles?).

El gobierno respondió con serenidad y el movimiento se disolvió hasta nuevo aviso. ¿La lección? Que a los intelectuales cruceños no les interesa la política; prefieren esperar sentados a que Santa Cruz tenga 5 de los 7.5 millones de habitantes, como si no hubieran otros departamentos que luchan por una asignación equilibrada; entre ellos, Cochabamba y Beni, que tienen pendiente el trazado de su unión por tierra, un aspecto que el conflicto cruceño puso en claro, porque no es posible que para viajar de Cocha a Trinidad se tenga que ir primero a Santa Cruz y subir el flete de 20 a 35 bolivianos.

Pero en ausencia de los intelectuales cruceños, se nota que el comiteísmo tiene hegemonía, porque a los grandes propietarios no les afecta tantos días de paro, y sí a quienes viven del comercio diario.

Solucionado el conflicto, todo vuelve a la normalidad: se pide a la Gobernación un informe del paro y el gobernador se escuda en una bravuconada, mientras Calvo amenaza con el federalismo. ¿Para quiénes? ¿Para los comiteístas o para el pueblo cruceño?

Entretanto, la economía boliviana es más estable que la de Suiza o Japón, con la inflación más baja, y eso también por el alza de los hidrocarburos.

Para el año siguiente se anuncia un incremento de la renta petrolera, que incluye la venta de urea y amoniaco y la explotación del litio. Veremos.

Estas son las principales noticias de 2022. Como se sabe, hay coyunturas que crecen y amenazan convertirse en crisis nacionales que demandan una respuesta política; pero hay otras que se desinflan hasta nuevo aviso. ¿A cuál de ellas pertenecerán los días de paro en Santa Cruz?

La caída de Goni es un claro ejemplo de un conflicto que se vuelve una crisis nacional y exige una respuesta política. ¿Será la misma crisis la que generó el paro en Santa Cruz?

Cada día se registran noticias sobre la división del partido de gobierno; pero ¿no esperáramos, mejor, a una respuesta orgánica de dicho partido? No tendríamos material para especular, es cierto, pero tal vez esa sería una postura correcta. ¿Para qué hurgar un avispero antes de tiempo?

La oposición se aferra a la reforma judicial, a fuerza de no tener otros argumentos. Querían dejarlo solos a Calvo y a Camacho, a ver  si se quemaban, pero los intelectuales cruceños al parecer no quieren ocupar un lugar nacional y por eso socapan el liderazgo comiteísta.

OJO DE VIDRIO

RAMÓN ROCHA MONROY

Escritor, abogado y  "Cronista de la Ciudad"

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