En el sur del TIPNIS hay unos colonizadores aymaras y quechuas que habitan un 7 por ciento de más de 1 millón de hectáreas.

En la confluencia de los ríos Isiboro y Sécure hay 25 estancias ganaderas con 32.000 hectáreas; y concesiones forestales como ISIGO SRL, de 34.308 hectáreas cerca de Asunta y 34.927 hectáreas en Oromomo. Huanca Rodríguez tiene 24.869 has al sur del TIPNIS; SURI SRL, 40.762 has en el núcleo virgen; CIMAGRO, HERVEL, FÁTIMA B y PROINSA también tienen hectáreas.

Al año se procesan 1.500 piezas de cuero de lagarto del TIPNIS por tres empresas: Bolivian Leather, Bolivian Croco y Sicuana Indígena SRL. Hay un aeropuerto de avionetas difíciles de abordar para los indígenas, que deben ir por río de 7 a 10 días para hacer compras en un centro poblado, o sacar a los enfermos a Trinidad. Muchos de ellos se ven obligados a devolverlos a su zona para que agonicen y mueran. Hay también varias pistas clandestinas.

La más remota demanda de construcción del camino data de 1763 por la Audiencia de Charcas. El Presidente Sucre consultó a los cochabambinos qué le pedirían al Libertador Bolívar, y los cochabambinos coincidieron en que era el camino Cochabamba-Moxos. En 1832, Alcide d’Orbigny señaló la urgencia de construir el camino. En 1915, el diario El Heraldo registró una demanda parecida. En 1920, el Regimiento Zapadores, a cargo del entonces coronel Román, construyó la ruta Cochabamba-Todos Santos con el encargo del Presidente Saavedra de continuar el camino hasta Trinidad.

En 1928, el Beni quiso unir ese departamento a Cochabamba para no sufrir otro desastre como la guerra del Acre.

Lo más peligroso para el conjunto del país es que el Estado Plurinacional no siente soberanía en la Amazonía, porque esta región es de todos los bolivianos. La carretera al TIPNIS es de 306 kilómetros, de los cuales por el sur ya hay un camino sin pavimento de 103 kilómetros y por el norte se han abierto143 km en las mismas condiciones. Falta construir solo 60 kilómetros, el 19 por ciento de todo el tramo carretero atravesando el Parque Isiboro Sécure por 116 km, de los cuales 56,6 km son ya camino transitable y otros 42,66 km son usados por los tronqueros. Con el ancho de la carretera se afectarían 200 hectáreas. No hay otra ruta que ésta que atraviesa el Parque, porque hacia el este hay áreas inundadas, curiches y ríos que cambian de curso, y al oeste hay una serranía más deleznable e inestable que el tramo de El Sillar.

Hoy tenemos por cabeza a un prestigioso politólogo, el Dr. Walter Pol, graduado en la Complutense de Madrid.

OJO DE VIDRIO

RAMÓN ROCHA MONROY

Escritor, abogado y  "Cronista de la Ciudad"

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