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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 06:46

Más salud mental, menos miedo al qué dirán

Más salud mental, menos miedo al qué dirán

Se abre la blanca e impecable puerta del consultorio y sale una joven sonriente, agradeciendo la consulta. Delgada, hermosa, y con no más de 25 años, saluda a los que esperan en la sala y acuerda una nueva cita con la secretaria. Se ve tan natural, sus gestos y su seguridad, todo parece indicar que ha sido una buena cita, productiva. 

Al lado mío está un señor que se para de prisa, cómo evitando que la secretaria revele su identidad, y seguro de que es su turno, se aproxima y susurra su apellido. Antes de entrar mira a todos lados, como asegurándose de no tener testigos. Por su apariencia, le calculó al menos 60 años, y aunque pocas veces ha respondido a los saludos en la sala, parece asistir con frecuencia a la consulta. 

Asumo que el señor en cuestión se siente así porque todos allí son muy jóvenes, y es que es  raro encontrar adultos mayores esperando una cita con el psicólogo, adultos que admitan que necesitan ayuda profesional.

Aunque les parezca muy anticuado, aún existen muchas personas que siguen considerando que solo los “locos de remate” deben asistir a consultas con el psicólogo, o peor aún asumir una terapia con el psiquiatra. 

Como sociedad hemos superado muchas cosas, hemos abierto la cabeza a muchas otras, pero pese a ello no hemos sido capaces de asumir la importancia de la salud mental, no le hemos dado el lugar que corresponde y seguimos tontamente “estigmatizando” a las personas que hacen responsablemente esa tarea. 

“Va a terminar en el loquero”, “anda al psicoloco”, “enfermo mental”, siguen siendo frases utilizadas como insulto en nuestro medio, cuando en realidad todos podríamos emprender un camino correcto de crecimiento personal si recurrimos a un profesional en vez de ahogar problemas en alcohol o con amigos. 

Si más personas aplaudirían a quienes buscan ayuda de un profesional en vez de juzgar, estoy segura que muchas personas estarían en la sala de espera, dispuestas a crecer. 

La depresión, solo por dar un ejemplo, es el trastorno mental que más afecta a la población y es, además, una de las principales causas de discapacidad en el mundo. Aunque es una enfermedad tratable, seis de cada 10 personas que la padecen en América Latina no buscan o no reciben el tratamiento que necesitan.

En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, que se recordó el pasado 10 de octubre, la Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) se unieron a la Federación Mundial por la Salud Mental (WFMH, por sus siglas en inglés) para generar conciencia sobre este trastorno que afecta a más de 350 millones de personas de todas las edades en el mundo.

¿Seremos capaces en Bolivia de incrementar el presupuesto para atender de mejor manera la salud mental? Probablemente eso sea muy complicado ahora, pero lo que si está a nuestro alcance es responsabilizarnos por nuestra salud mental y por comprender como sociedad a quienes batallan con la falta de salud.

!Por más salud mental y menos qué dirán!