Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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¡Al grano pues!

¡Al grano pues!

Es imposible no ser oyente de una conversación en el taxi trufi. Acomodados como fichas de Tetrix parecemos ensamblados, ahora darle importancia o no a lo que se escucha, es ya es una decisión personal.   

La última conversación a la que decidí atender con todos mis sentidos fue la que amenamente llevaban adelante un graduado de colegio y su orgullosa madre. La mujer cargaba la toga y el birrete mientras el graduado le recordaba llamar al padrino de España para confirmarle la fecha de la fiesta.

Cuando hacían memoria para recordar algún detalle más, la madre rompió el silencio con la pregunta: ¿qué vas a estudiar? “Directo al grano pues mamá” le dijo sonriente, “trabajaré con don Julio en su taller, ya lo acordamos”. La cara de la mamá da cuenta que aquí los planes de ambos tenían rumbos distintos. Ella disimuló la molestia, al parecer quería escuchar alguna carrera profesional. 

El joven comenzó entonces a explicarle, “¿para qué voy a estudiar si don Julio 

ya me enseñó casi todo?”, “además en YouTube mejor puedes aprender y ya ganaré dinero desde el comienzo”, le decía. “Si después necesito sacar un título o algo voy pues de noche, pero ya ganando, hay que ir directo al grano, el mundo se mueve con plata”, mamá.   

Hubiera querido escuchar como terminaba la conversación, pero había llegado a mi destino. Desde aquel día pienso en lo que estará ocurriendo en miles de hogares. La alegría de haber acabado el colegio, seguro trae también la incertidumbre de lo que los bachilleres decidirán hacer con o sin la venia de sus padres.   

Hasta hace poco, la regla estaba escrita y se seguía al pie de la letra, al acabar el colegio se comenzaba a estudiar una carrera universitaria con el fin de lograr un título profesional que se traducía en un documento "abre puertas" para trabajos importantes y bien remunerados. 

Pero, ¿ahora?, está claro que los millenials y la generación Z tienen otros planes. Si bien el Viceministerio de Educación el 2017 informaba de un 16% de bachilleres que no logra entrar a universidades, ahora la cifra no se trata de quienes no logran entrar, sino de quienes no quieren seguir la regla establecida y buscan de diversas maneras emprendedoras o no, generar recursos económicos, porque "con plata se mueve el mundo". Prefieren ser autodidactas y quieren ser expertos en los "nuevos oficios" que requiere la actualidad, aunque el éxito de ir “directo al gano” no está asegurado.