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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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¿Dónde están los videojuegos?

¿Dónde están los videojuegos?

El intelectual holandés Johan Huizinga, en su libro “Homo Ludens”, reflexiona sobre cómo el juego entre pares es algo que el ser humano desarrolla antes de establecer cualquier otro tipo de lazos. Esta realidad, en nuestros días, se ha potenciado con la expansión de los videojuegos a diversos dispositivos y su capacidad de hacerse tan cotidianos que, a veces, ignoramos su presencia a nuestro alrededor.

Hace un par de semanas, la siempre presente Microsoft compró una empresa de desarrollo de videojuegos (Activision Blizzard) por más de 68 mil millones de dólares. Para entender la magnitud de esta compra, podemos compararla con los 4 mil millones de dólares que Disney invirtió para fusionar a Marvel años atrás (2010).  ¿Qué hace que una compañía de videojuegos valga tanto?

Hoy en día, con la expansión de dispositivos tecnológicos (especialmente los celulares) los videojuegos se han establecido como una de las industrias culturales más importantes del planeta. En las últimas dos décadas, las comunidades se han fortalecido por el surgimiento de espacios dedicados a este sector. Las transmisiones en streaming, los foros , la formalización de los e-sports, el desarrollo independiente o el crowdfunding (campañas de financiamiento comunitario para proyectos) hicieron que aparecieran rubros laborales que año tras año se afianzan.

Sin embargo, algo ocurre con la investigación de nuestro país en relación a este fenómeno. El tema no tiene la presencia que podría esperarse. Es más, no es raro escuchar historias de estudiantes en proceso de titulación que son desanimados de abordar la temática para abordar temas “más serios”. Mientras, los videojuegos juegan roles importantes en conflictos sociales y políticos: Como el uso de Pokémon Go para organizar a los manifestantes en Hong Kong (2019) o el uso de imágenes de videojuegos para desinformar durante el conflicto entre Rusia y Ucrania.

Este texto es un llamado a universidades y centros de investigación de volcar la mirada a uno de los medios más vigentes en la actualidad. Entender qué ocurre con él en nuestro contexto y con nuestra mirada. Evitar que pase lo que muchas veces ya ha ocurrido en la academia: abordar un tema cuando éste ya ha desbordado sus posibilidades.

PABLO MAURICIO BUSTAMANTE SALINAS

Docente universitario, comunicador social y realizador audiovisual

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