Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 11:57

La multidimensionalidad de la crisis

La multidimensionalidad de la crisis
La crisis actual impone un escenario multidimensional que comporta aspectos sanitarios, económicos, sociales y políticos. De ahí la necesidad de propuestas que se sostengan sobre una valoración compleja de la coyuntura, ponderando equilibradamente las distintas facetas del problema que se tiene entre manos. En tal medida, es de vital importancia renunciar a las posturas simplificadoras que pretenden entender la situación desde el esquema del “todo o nada”.
Entre este tipo de posiciones, ninguna ha estado tan generalizada últimamente como la que considera la salud colectiva desde una perspectiva reductivista. Esta imagen caricatural de la salud (típica de las situaciones de riesgo) es la que, por ejemplo, permite oponer los conceptos de salud y economía, haciendo del médico el único experto válido en tanto se prolongue la amenaza de la enfermedad. Respondiendo a dicho apremio, el profesional en salud sugerirá, claro está, una solución “certera” para el problema concreto que se le plantea, extendiendo las medidas de paralización tanto como sea necesario.
Sin embargo, la salud colectiva es una noción compleja que adquiere sentido dentro de un marco sociopolítico integral y que, por lo tanto, resulta irreductible a una perspectiva puramente médica. Un ejemplo permitirá aclarar esta cuestión. A pesar de que prolongar una cuarentena radical sea la respuesta “médica” más efectiva a la amenaza del coronavirus, el daño al aparato productivo ocasionado por semejante medida incidirá directamente en la capacidad tributaria de las empresas, lo que condicionará a su vez los recursos para inversión “en salud” del próximo gobierno.
Esto es especialmente grave en un país aquejado por otras enfermedades (como el dengue) que tienen una tasa de letalidad superior a la del COVID-19. Se argumentará, de seguro, que el coronavirus tiene un ritmo de contagio muy superior al de otras enfermedades, pero habrá de considerarse también que el desempleo y la mala alimentación (factores también agravados por un debilitamiento del aparato productivo del país) pueden esparcir las amenazas a la salud de una manera exponencial.
Hacer gobierno significa valorar integralmente este conjunto interrelacionado de factores y aplicar medidas que lleven al sistema a su equilibrio general. La salud inmediata debe precautelarse de un modo no dogmático sino equilibrado, permitiendo tutelar también la salud como lógica del Estado en el largo plazo.