Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Un 25N singular

Un 25N singular

Muchas feministas hemos compartido un sentimiento extraño al acercarse el 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, en un contexto de alta violencia, enfrentamientos y represión en nuestro país. Pareciera que no existe ánimo para salir a las calles y expresarnos de formas diversas como tradicionalmente lo hacemos, menos cuando tenemos una lista de 30 muertos en los conflictos que se suman a los 103 feminicidios con los que llegamos a esta fecha.

El Observatorio de Igualdad de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe registró la información más reciente de 33 países de la región, que da cuenta que 3.800 mujeres fueron asesinadas por el solo hecho de ser mujeres. Bolivia se encuentra entre los tres países con las tasas más altas de feminicidio de América Latina, solo superado por Honduras y El Salvador, y el primero en Suramérica. En el país 2.3 mujeres mueren por cada 100 mil mujeres.

De acuerdo a los reportes del Observatorio de Exigibilidad de los Derechos de las Mujeres, del total de 103 feminicidios registrados a la fecha, 32 habrían ocurrido en el departamento de La Paz, 20 en Cochabamba y 19 en Santa Cruz; 8 en Oruro y Potosí, 7 en Tarija; 5 en Beni y 2 en Chuquisaca y Pando. Más de la mitad, 36% de las víctimas se encontraba entre 19 y 30 años y 25% entre 31 y los 40 años. Adicionalmente, los feminicidios dejaron 135 niños y niñas en orfandad. De acuerdo al mismo documento, 25% de los feminicidios había reportado situaciones de violencia crónica.

La violencia es una problemática de carácter estructural, que requiere de intervenciones integrales y voluntades para coordinar acciones y políticas públicas, con asignaciones presupuestarias suficientes y medidas para transformar la base simbólica que sustenta el patriarcado y transformar las relaciones desiguales de poder entre mujeres y hombres. Las miradas diversas sobre esta problemática hacen diferencia en sus aproximaciones y propuestas para abordarlo. Por un tiempo, toca esperar que el próximo proceso electoral retome la violencia contra las mujeres como un eje central al debate sobre democracia. Sigue siendo urgente.

El 25N ha sido una de las fechas emblemáticas del movimiento feminista en que llamamos la atención sobre las diferentes formas de violencia que viven las mujeres en el mundo. En el último tiempo la violencia ha sido centro de nuestra atención.