Muchas personas todavía asocian las ciencias y la tecnología con la masculinidad. Este pensamiento se encuentra reforzado por los estereotipos que prevalecen en nuestra sociedad y que son responsables de que las niñas y las mujeres tengan hasta cuatro veces menos oportunidades de adquirir competencias que los hombres para desempeñarse en estas áreas del conocimiento.

Se estima que menos del 30% de investigadores del mundo de las áreas de ciencias y tecnología, ingeniería y matemáticas son mujeres, grupo en el que se presenta también brechas salariales entre lo que ganan las mujeres y los hombres. A pesar de ello, persisten las bajas matrículas de estudiantes mujeres en carreras del campo de la tecnología, información y comunicaciones, que se mantienen en porcentajes menores al 10%.

El panorama cambia un poco en América Latina, donde según datos de la Unesco las mujeres investigadoras son el 45%. Estas cifras podrían reflejar los resultados de esfuerzos realizados por los centros académicos que se han propuesto revertir estas cifras, impulsando políticas y reglamentaciones para prevenir la discriminación y la violencia basada en género.

Otros esfuerzos que han generado cambios en los prejuicios, tienen que ver con recordar los aportes de las mujeres a las ciencias, sus invenciones, visibilizando a las mujeres científicas y su contribución al desarrollo de tecnología.  Algunas películas y series en los medios masivos que han seguido esta línea han sido fundamentales para cuestionar los estereotipos que se reproducen en la industria comunicacional.

Las mujeres no solo somos la mitad de la población, sino también la mitad de los talentos de la humanidad, el reconocimiento y aprovechamiento de estas capacidades en diferentes áreas, para encarar los grandes desafíos que enfrentamos en este tiempo.

En nuestro país se han dado pocos avances en la formulación de políticas institucionales que estén orientadas a eliminar las brechas en tecnología y ciencias, y se requieren serios esfuerzos para lograr romper los estereotipo y prejuicios fuertemente asentados en nuestra sociedad. Un primer paso urgente debería ser la escuela y la revisión de la currícula educativa. La pasada semana, el 11 de febrero se celebró el Día Internacional de la Mujer y la Niña en las Ciencias.