Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 16:35

Revocatorio para concejales

Revocatorio para concejales

Después de dos años de relativa tranquilidad y retorno paulatino del progreso en la ciudad de Cochabamba, parece volver como una pesadilla, la inestabilidad e incertidumbre, resultado de una traición inesperada.

Todavía se comentaba la gran concentración realizada en la avenida 6 de Agosto y Mártires de la Democracia, para celebrar la gestión, cuando una sesión de simple formalismo, abruptamente reavivó todos los fantasmas del pasado.

Pocos deben saber lo que pasó, antes, durante y después de la elección sorpresiva de Presidenta y Secretaria del Concejo, con nombres diferentes a lo acordado en la bancada mayoritaria de la alianza Súmate.

Ahora cobra sentido el extraño incidente ocurrido en el acto de masas, que el Alcalde pidió no darle mayor importancia cuando una piedrecilla o ‘khurpa’, posiblemente lanzada por una flecha, impactó cerca de su sien, como se observa en la imagen captada.

Ahí estaba anidada la deslealtad en su máxima expresión, identificada en las jóvenes concejalas, que seguramente asesoradas y convencidas por los buitres carroñeros de la politiquería, en conciliábulos previos, tramaron el golpe artero a espaldas de la ciudadanía confiada.

El victimismo político al que ahora recurren, sin reconocer su gran falta, no exime a los otros concejales de sus propias responsabilidades, por acciones u omisiones.

El cabildo convocado por los vecinos, no creo que solucione el problema ocasionado por propios y extraños, pero puede servir para reiterar la indignación por el deleznable hecho en el Concejo.

La única acción constitucional de ciudadanos, es demandar el revocatorio de los 11 concejales, por ocasionar semejante preocupación y amenaza.

Con razón, una mayoría de jóvenes capaces evitan involucrarse en la política, asociada con la podredumbre, porque carece de principios fundamentales, como la ética y moral.

Está claro, con excepciones loables, que la mediocridad se impone en el ámbito político, prevaleciendo los diversos intereses individuales o de grupos aventureros, antes que el auténtico servicio a la comunidad.

El ostracismo es la sanción para quienes, jugando a la política, no se preparan lo suficiente como para lidiar honestamente con los avatares diarios de una vida pública, elegida voluntariamente.

Mis circunstancias

MOISÉS REVOLLO

Periodista deportivo

[email protected]

Entrando en la página solicitada Saltar publicidad