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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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El menos común de los sentidos

El menos común de los sentidos

En la escuela nos enseñan que tenemos cinco sentidos humanos, que son la vista, la audición, el olfato, el gusto y el tacto, que percibimos a través de los ojos, oídos, nariz, lengua y piel.

Escuchamos a nuestros mayores hablar sobre un sexto sentido, que vendría a ser el llamado sentido común, que es la capacidad para juzgar razonablemente las situaciones de la vida cotidiana y decidir con acierto.

Con el tiempo, diversos teóricos y especialistas escribieron que aparte de los cinco sentidos tradicionales, existen casi una treintena de otros sentidos.

La diferencia entre los cinco sentidos, llamados exteroceptores, y los otros sentidos que nos permiten escudriñar en nuestras sensaciones, llamados interoceptores, es que los primeros captan las situaciones, sensaciones, partículas y objetos ajenos a nuestro propio cuerpo, mientras que los segundos permiten conocer y asomarnos en nuestro interior.

François Marie Arouet, escritor, historiador, filósofo y abogado francés, más conocido como Voltaire, dijo “El sentido común es el menos común de los sentidos, porque no siempre se da o percibe unanimidad sobre lo que es realmente lo lógico o lo esperable en cada situación”.

En el siglo que vivimos, parece escasear el sentido común, casi en todas las decisiones importantes, por eso se escucha que el sentido común no se compra en los mercados.

Es que como ocurre en la práctica –casi normalizada- el hombre que se corrompe pierde identidad y contacto con la realidad, se desconecta de ella. La consecuencia de fondo de la corrupción es la pérdida del sentido común, lo que hace que la vida humana se convierta en una caricatura de sí misma.

El ejemplo patético lo hemos observado y sufrido, en las actitudes de los anteriores alcaldes y funcionarios, que perdieron el sentido común y con él, los principales valores como la confianza, responsabilidad, libertad, humildad, templanza, amistad, justicia, perseverancia, equidad, compromiso, gratitud, empatía, paz, amor, honestidad, puntualidad, tolerancia, comprensión y lealtad. 

Tenemos que prestar mucha atención al sentido común, en todas nuestras acciones y decisiones, de la relación familiar, laboral, estudiantil, deportiva, religiosa, política, ideológica, para no incurrir en un fanatismo sin sentido.

Mis circunstancias

MOISÉS REVOLLO 

Periodista deportivo

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