Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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En legítima defensa

En legítima defensa

Es cada vez más difícil mantener cierto grado de optimismo, cuando parece que todo se derrumba alrededor, con antivalores imponiéndose sobre la voluntad de las personas que tienen algo de poder, ante la impotencia o indiferencia de la mayoría.

Como dice Freddy, solo queda la familia como última trinchera para soportar esta pesadilla que es la realidad de nuestra verdadera historia de destrucción y resentimiento agazapados en el subconsciente de almas innobles que perdieron todo temor a Dios y la opinión sensata.

Los que hoy se creen poderosos, no tienen el mínimo respeto por sus semejantes y no vacilan en utilizar la justicia como arma para aniquilar o por lo menos inmovilizar a los que consideran enemigos.

Algunos de los operadores de justicia, por insana convicción o porque decidieron alquilar o vender sus conciencias, no tienen el menor prejuicio o vergüenza de sus colegas o inclusive familiares que saben lo que están haciendo, arrodillándose ante el poder de turno.

Tengo hijos, familiares y amigos que son abogados que respetan su profesión, como la mayoría de ellos, pero como ocurre en la Policía, que por unos cuantos su prestigio está cuestionado, pasa lo mismo entre los hombres y mujeres que estudiaron derecho para defender al inocente y sancionar al culpable.

Desde el año 2006 muchos funcionarios públicos como Manfred Reyes Villa, fueron sometidos a juicios políticos como estrategia de eliminación del contrincante, perversa manera de autoritarismo en democracia.

Algunos salieron del país, otros murieron, la mayoría no encontró trabajo, porque además tenía que atender sus juicios cuyas audiencias interminables se suspendieron -con o sin razón- en todos estos años.

Por eso, superando el estado de impotencia, los ciudadanos no tienen otro camino que salir a las calles en legítima defensa de sus derechos pisoteados por quienes pretenden hacernos sus rehenes indefinidamente.

Todos como bolivianos tenemos los mismos derechos y obligaciones, es insoportable e inadmisible que algunos encargados de administrar justicia se hayan convertido en una especie de sicarios, sin conciencia de lo que están perpetrando.

El poder es pasajero, más rápido cae el abusivo y la memoria no olvidará a quienes destruyeron personas y familias.

En legítima defensa

MOISÉS REVOLLO

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