Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Disparates del Siglo XXI

Disparates del Siglo XXI

El ser humano, hombre y mujer, desde la creación, demuestra que es muy capaz de increíbles genialidades, pero también de disparates inimaginables, más allá del sentido común. Hechos disparatados se observan y lamentan a nivel mundial y local, sin distinción de sexo, edad, nivel educativo o social, todos los días del calendario.

Un ejemplo reciente es la invasión a Ucrania, que pone al planeta al borde de una tercera guerra mundial, que sería más devastadora que nunca.

En el plano local, hace una semana fuimos víctimas de un disparate, en la guerra de baja intensidad, que los dirigentes futboleros sostienen contra los indefensos periodistas deportivos, que no tienen una institución que los proteja.

Habitualmente, un equipo de transmisión deportiva está conformado por el relator, comentarista, voz comercial, periodistas de campo y un técnico.

Obsecuentes con la “sacrosanta” Conmebol para partidos internacionales, impusieron que en la cabina solo pueden estar dos, con el pretexto de salvaguardar la salud, mientras en las tribunas miles de aficionados, sin la distancia recomendada y en muchos casos sin mascarilla, festejan con abrazos los goles de Wilstermann.

Los ocasionales dirigentes del fútbol y sobre todo su personal de apoyo, no logran entender que el periodismo deportivo es parte de la industria de este deporte y que deberían establecerse buenas relaciones, como en los buenos tiempos, con dirigentes respetables.

El periodismo deportivo también debe capacitarse, normar su actividad, hoy caótica y sin control alguno, con un CPDC sin la jerarquía histórica y un sindicato que reparte credenciales a diestra y siniestra.

Es otro disparate tolerar las acciones delincuenciales de individuos infiltrados en las barras bravas de los equipos, imitando torpemente todo lo malo que se observa en otros países.

Dejando de lado el resultado del Clásico, Wilstermann esta noche visita a Guabirá en Montero. Aunque no se crea, por el empecinamiento del despistado conductor de Wilstermann, esa diferencia de cuatro goles a cero, puede ser revertida por azucareros, si los jugadores rojos no se plantan firmes en la defensa y demuestran personalidad futbolística para conseguir un buen resultado, que consolide su clasificación a siguiente fase.

MOISÉS REVOLLO 

Periodista deportivo

[email protected]

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