Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Delfín Sejas Zurita, el mago del teclado

Delfín Sejas Zurita, el mago del teclado

El 10 de febrero, asistimos al concierto de homenaje brindado por “El mago del teclado” don Delfín Sejas Zurita, en el salón principal del Palacio Portales, a los compositores bolivianos de la música eterna.

Fuimos privilegiados entre el público, de todas las edades, que copamos las sillas para deleitarnos con la interpretación magistral de temas como Illimani de Nestor Portocarrero, Nevando está de Adrián Patiño, Tranquilízate y Sentimiento camba de Gilberto Rojas; Siento en el alma de Jaime Del Río, Collita de Fernando Román, Sombrero de Sao de Pedro Shimose, Trago patrón, Yungueñita de Víctor Hugo Serrano, Trasnochador y Cortando el sur de Nicolás Menacho.

En la segunda parte del concierto de la vida, escuchamos Viva mi Patria Bolivia de Apolinar Camacho, Concepción de Luis Gutiérrez, Tu orgullo de Humberto Iporre Salinas, La caraqueña de Nilo Soruco, Las Ninfas de Matilde Cazasola, Huérfana Virginia de Simeón Roncal, Primer amor de Orlando Rojas, Quejas del alma de Víctor Jiménez, etc.

El maestro Delfín Sejas nuevamente deslumbró con su talento innato y alguien decía que su memoria prodigiosa es equiparable a la diva Mirtha Legrand, que también a sus 95 años, sigue conquistando a sus seguidores en Argentina.

Le gusta ser catalogado como soberbio, por todo lo alcanzado en su trayectoria artística, desde que lo llevaron a vivir de Tarata a Huanuni, frente a la potente Radio Nacional, que providencialmente lo catapultó al país y el mundo.

Su excepcional intuición musical -porque toca al oído, sin partitura- lo llevó a muchos países de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. Solo en Beni y Pando no ofreció recitales, porque después fue aplaudido en los demás departamentos de Bolivia.

Este artista consagrado, nacido para el piano, sigue disfrutando del aplauso, tiene grabados más de 40 discos y cada día toca mejor.

Una de las mayores satisfacciones en su vida es que sus seis hijos son profesionales: Vladimir y Gustavo médicos, Waldo abogado, Mabel secretaria ejecutiva, Dolly musicóloga y Katiuska odontóloga.

El mago mostró mucha fortaleza y ánimo impecable, para convencernos con la sonrisa que le acompaña, que la música es la mejor terapia para afrontar con optimismo la vida que nos toca.

¡Fue una velada extraordinaria!

Mis circunstancias

MOISÉS REVOLLO 

Periodista deportivo

[email protected]

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