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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Como si fuera ayer

Como si fuera ayer

Nunca había ocurrido -hasta ahora- que al comenzar un nuevo año la cancha del estadio Sudamericano esté casi inutilizable por falta de mantenimiento permanente; porque desde la época de Willy Pérez y Ricardo Chavalier, bajo la administración del profesor José Villazón y otros, por arte de magia o milagro, el campo deportivo siempre estaba impecable para la fiesta del fútbol.

Los trabajadores de aquel tiempo memorable vivían con sus familias en el estadio y cuidaban las canchas como propias, solucionando inmediatamente los problemas que se presentaban, sobre todo en temporada de lluvias.

Existen cosas que se desconocen, como cuando Ariel Guzmán en una investigación periodística descubrió que el césped del estadio se regaba con aguas servidas.

Finalizando el año 2005, el Servicio Departamental del Deporte, a la cabeza de Moré Galetovic, adjudicó a la empresa Cotib el proyecto de la Unidad Productora de Tepes, con el plausible objetivo de garantizar la provisión de tepes para la cancha principal y auxiliares del estadio Félix Capriles.

No dudo de la buena intención de la entonces directora del Sedede, pero lamentablemente no pensó que su gestión concluía en pocos días, aparte del cronograma mal elaborado, la falta de experiencia de la empresa en el rubro y muchas otras contingencias, como el lugar para el sembradío, garantizar el riego, la disponibilidad de la cancha por sus múltiples actividades programadas o contratadas, además de la recordada conmoción social.

Al final, la nueva gestión prefectural cargó con el fardo de un proyecto que tenía muy buena intención, pero que se frustró por una serie de circunstancias desfavorables que hasta le costó la salud y vida al responsable principal, el ingeniero Julio Calancha, por sus años de peregrinaje en tribunales.

La línea partidaria fue penalizar una decisión administrativa, antes que salvar el proyecto, atendiendo la predisposición de la empresa, que pese a sus comprobadas pérdidas imprevistas, tenía la firme intención de honrar su compromiso -aunque a destiempo- como que colocó el pasto en el velódromo, porque el estadio no estaba disponible.

A 15 años de aquel buen intento, pero fallido, es urgente solucionar el problema de tepes para el mantenimiento del campo de fútbol.

Mis circunstancias

MOISÉS REVOLLO 

Periodista deportivo

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