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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Cleoniky Callisperis de Triantáfilo

Cleoniky Callisperis de Triantáfilo

El deporte es una familia grande y, por eso, cuando alguien parte, nos sentimos enlutados y compartimos la pena de sus seres queridos.

Doña Cleoniky Callisperis de Triantáfilo, llamada cariñosamente Niky, por quienes la conocimos, desde la canchita de lama en la calle Baptista, es reflejada fielmente, en el sentido homenaje que le dedicó su Club San Martín y que transcribo:

“Difícil describir lo que significas para este Club y el voley. Gracias por tanto: la infaltable, la que llamaba lista, la que calificaba tu rendimiento, la que nos gritaba, la que se amargaba, la que lloraba de felicidad, la que siempre tenía un chicle en la cartera, la que nos daba agua y Coca cola al mismo tiempo; la jefa de los árbitros, la voz inconfundible en la tribuna, la que llevaba las estadísticas y la tabla de posiciones sin una computadora. Tu vida, tu pasión, qué lindo fue tenerte y disfrutarte. Te extrañaremos Yayita. Hoy abandonas el barco que tu creaste, con sentimiento y pasión, más, en algún momento nos volveremos a encontrar, es la promesa de nuestro capitán, mientras tanto, seguiremos luchando, tal cual tú nos enseñaste. ¡Te amamos Yayi!”

Palabras muy emotivas de sus nietos: Michel, Edson y Jasson que le escribieron “Somos lo que somos, gracias a ti” ; “Nada que reprochar” ; “Para ti, sin duda, es ganancia” y otras más, para testimoniar su inmenso amor.

Lo único que podríamos reclamar a la familia Triantáfilo Callisperis, es no haber continuado la tradición de la famosa panadería “Helénica” de su ascendencia griega. La memoria olfativa nos hace recordar la exquisitez de las marraquetas y colisas, bastante imitadas, pero nunca igualadas.

Doña Niky amó y apoyó incondicionalmente la pasión de sus hijas: destacó Marilyn, con esa perseverancia, disciplina y talento incomparables de las grandes figuras, es considerada sin discusión, la mejor exponente del voleibol femenino, de todos los tiempos.

Vecinas de la avenida San Martín y Calama originaron el clásico entre San Martín y J.E.C. de las hermanas Triantáfilo, Vega, Torrico, que cosecharon títulos en sus clubes y la Selección Cochabamba.

La historia continúa con los nietos y seguirá en los bisnietos, que recordarán a su amada Yayi, que disfruta del jardín de los bienaventurados.

Mis circunstancias

MOISÉS REVOLLO 

Periodista deportivo

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