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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Abismal diferencia futbolística

Abismal diferencia futbolística

La maravilla de la tecnología televisiva nos permite disfrutar y comparar el producto fútbol, ofrecido por la Copa Sudamericana y la Eurocopa, que se juegan simultáneamente en diferentes países, como una exaltación de locura mundial, en plena pandemia.

Es notable la diferencia en calidad y cantidad, comparando entre torneos, equipos, europeos y sudamericanos, que en conjunto ganaron todas las Copas del Mundo. 

Un ejemplo irrebatible de la abismal diferencia futbolística son los partidos jugados entre las selecciones de Bolivia y Paraguay, Francia y Alemania.

Ni el espejismo de algunos resultados puede modificar la realidad de que el actual seleccionado del fútbol boliviano es el peor de todos los tiempos.

Cotejando las plantillas de jugadores, que pasaron por la Selección en las eliminatorias para el Mundial 94 o la Copa América 97, con el grupo que dirige Farias, comprobamos que ninguno supera a los anteriores seleccionados. Quizá Martins puede ser parangonado con el goleador Ramallo y Lampe, con el “loco” Truco.

El resto no es igual ni mejor que los mundialistas de la Copa EEUU 94 o los subcampeones de la Copa América 97, ganada por Brasil en La Paz.

Lo que juega ahora el equipo boliviano es el antifútbol, deprimente, limitado, sin recursos, ni horizonte, esperando el milagro o la ayuda del VAR, que no siempre les favorecerá.

Lo único mejor que tienen los jugadores de la Selección actual son los beneficios económicos que superan, inmerecidamente, lo que recibían los grandes jugadores del 94, 97 o de los Campeones Sudamericanos de 1963.

Sin embargo, siempre será mejor visto que sean los jugadores los beneficiarios del dinero que genera el fútbol,  preferible a que los dirigentes lo hagan esfumar como por arte de magia.

Es una obligación moral, repetir que este equipo no clasificará para la próxima copa del mundo, no puede ni debe, viendo su actual nivel, carente de jerarquía, aunque sí, está obligado moral y materialmente a ganar en la altura de La Paz.

Mientras tanto, sigamos disfrutando del fútbol, como ese partido entre franceses y alemanes, que fue un deleite para los ojos.

Ya llegará el momento de insistir, para que el fútbol boliviano mejore, en base al talento existente, copiando y aplicando planes reales.

Mis circunstancias

MOISÉS REVOLLO 

Periodista deportivo

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