Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Tópicos fundamentalistas y crisis del poder político

Tópicos fundamentalistas y crisis del poder político

Asistimos a una nueva ola de conflictos sociales en Bolivia, cuyo denominador común es que estos se generan por desaciertos y contradicciones del propio gobierno del MAS. El conflicto de Adepcoca, el conflicto por el censo y el conflicto en ciernes con los gremiales por el DS. 4757 confluyen en una nueva ola que emerge sin evidencia alguna -como quiere hacer creer el MAS- de una supuesta “coordinación conspirativa”.

Con el argumento de “apoyar al gobierno de Arce ante la amenaza de la derecha golpista”, el MAS movió todo el aparato estatal para organizar en La Paz una marcha, en la que fue inocultable el protagonismo de funcionarios públicos coaccionados para movilizarse.

Esta medida de visibilización callejera solo ratifica la debilidad del gobierno de Arce, porque los datos hablan de una honda crisis económica ante la cual no tiene respuesta cierta; una crisis social que se acumula y unas indisimulables pugnas internas. La rúbrica de ello son los inverosímiles argumentos para esta marcha, que bordean una retórica fundamentalista al acuñar tópicos con fuerte dosis de satanización (“los golpistas”).

Pero el libreto del “enemigo interno” es un argumento ya muy gastado. Más bien, para comprender lo que en realidad sucede con el proceso político boliviano, podríamos acudir a una línea de investigación de regímenes autoritarios seguida, entre otros, por la politóloga turca Melis Gülboy Laebens (https://nuso.org/articulo/enemigos-internos-democracia-y-amenazas-de-autocratizacion/).

Con rigurosos análisis comparativos de varios procesos de autocratización en Turquía, Europa del Este y América Latina, Gülboy Laebens sostiene que “la mayor amenaza para la democracia proviene de los líderes elegidos bajo reglas de juego democráticas”, quienes para perpetuarse en el poder “intentan restringir libertades, así como debilitar sistemas de control políticos y administrativos”. En rigor, son auténticos “enemigos internos” de las democracias hoy.

Las divinas y satánicas palabras que el régimen del MAS crea para sostenerse no son más que tópicos fundamentalistas que pretenden apuntalar un poder político débil, que cada vez más necesita encubrir y distorsionar la realidad para sostenerse, en una estrategia de autocratización, hoy venida a menos.

UN POCO DE SAL

MIGUEL ÁNGEL MIRANDA

Filósofo y teólogo laico 

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