Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Año de reconstrucción económica con 5 palabras

Año de reconstrucción económica con 5 palabras

Nuevamente los predicadores de la crisis económica, que por cierto en el gobierno de facto de Áñez no emitían ninguna opinión ni análisis, seguramente para ellos la economía nacional tuvo un repunte histórico en esos 11 meses, aunque las pocas estadísticas que generó ese régimen decían lo contrario. Pero, en fin, su labor de predecir la crisis económica tan añorada por estos profesionales nuevamente sufre un violento choque con la realidad, ni siquiera con 50 mil palabras pueden convencer a la población que el debacle económico está cerca, es más, la población les demostró con cinco palabras su opinión: “Estamos Reconstruyendo La Economía Nacional”.

Recordemos que estos Nostradamus de la economía predijeron que el 2021 se venía una devaluación inminente, producto de la reducción de las Reservas Internacionales y de la crisis internacional. Pasada media gestión, la población retomó la confianza en la fortaleza de la moneda nacional, pero ahora nos salieron con la muletilla de que una devaluación era y es la mejor opción para una reactivación económica.

Ahora con más de 50 mil palabras tratan de convencernos de que la sustitución de importaciones, propuesta por el gobierno, fracasará, ya que décadas atrás fracasó y tratan de vendernos que sus propuestas de liberalismo económico son una paradigma moderna y la única opción. No consideran que Bolivia ya pasó por medidas traumáticas, que si bien trajo estabilidad financiera, pero con un costo social muy alto (no olvidemos la relocalización, libre contratación u otras que hicieron gemir al pueblo).

La propuesta de Industrialización por sustitución de importación viene a ser la segunda parte del plan económico, no olvidemos que la primera parte consistía en el fortalecimiento de la demanda interna, mediante la redistribución de los ingresos, sobre todo en los sectores más desposeídos de la sociedad, a través de bonos sociales y otras políticas salariales.

En la segunda parte, donde el empresariado privado debe jugar un papel primordial, está dirigida a la industrialización que consiste en un autoabastecimiento de nuestra alimentación, energía y otros sectores en los cuales destinamos divisas para importaciones. Esta sustitución de importaciones está acompañada de una “facilidad en créditos” con tasas de interés de 0,5% (fideicomisos para iniciativas privadas), pago de impuestos cero para importaciones de maquinaria y otros activos productivos que tengan como destinos la sustitución importaciones.

El cambio de la matriz productiva, que para los críticos se basa en el extractivismo de los recursos naturales y una supuesta represión a la inversión privada, debe cambiarse con la producción nacional de bienes y servicios, que a la fecha se producen en el exterior y hacen que se eroguen recursos en su importación, dicha industrialización no será fácil ni a corto plazo, pero se debe iniciar.

Nuestros famosos analistas nos tienen acostumbrados a lanzar datos aislados, sin entrar a un análisis estructural de la economía, el decir, hay déficit fiscal sin analizar si ese déficit es gasto corriente o gasto de inversión, solo pretenden lograr desconfianza en la población. Ah, pero eso sí, nunca proponen alternativas.

FORO

MIGUEL ÁNGEL MARAÑÓN URQUIDI

Economista

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