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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Agio especulación y conspiración

Agio especulación y conspiración

En los últimos días nos enteramos que la carne de pollo sufrió un incremento de 2 bolivianos al igual que la carne de cerdo, todo por la “escasez” del maíz, alimento importante de pollos y chanchos. A nivel internacional la subida de precios se dio por el conflicto bélico internacional que disparó los precios no solo de los hidrocarburos sino también de los productos agrícolas.

Pero esta “escasez” a nivel nacional no se genera por la poca producción, sino por el acopiamiento y especulación que realizan algunos grandes empresarios, ya que los pequeños productores no tienen ni la infraestructura para poder almacenar ni los recursos financieros para adquirir maíz. A los pequeños y medianos productores les interesa vender su producción lo antes posible, mientras que los especuladores compran la producción y la almacenan, este almacenamiento genera una escasez ficticia y lo realizan con el objetivo de sacar a los países vecinos donde el precio es mayor y de esta manera obtener ingresos adicionales producto del agio y la especulación.

Algunos economistas, analistas y empresarios defensores del liberalismo económico, argumentaran que la mano invisible de Adam Smith está realizando su labor. Dirán que el gobierno debe abrir la libre exportación de los productos ya que para ellos, el país pierde competitividad al abastecer primero el mercado interno para luego exportar, debido a que los precios internacionales son más elevados que los del mercado interno.

Lo que olvidan analizar es que la producción nacional tiene incorporado no solo la iniciativa privada, sino también el sacrificio de todo un país que a través del gobierno subvenciona el precio de los hidrocarburos, lo cual abarata los costos de producción por lo menos en un 40%. Este actuar transaccional de agio y especulación genera una ganancia ilegítima para unos cuantos  “empresarios”, a los cuales no les interesa ser patriotas y mucho menos solidarios con el pueblo, solo les interesa la oportunidad de obtener mayor ganancia.

Sin embargo, el Gobierno Nacional y los Gobiernos Autónomos deberán aplicar dos acciones inmediatas: una la legal que considera el agio y la especulación como un delito, el cual deberá ser investigado, perseguido y sancionado con medidas drásticas; todo ciudadano nacional deberá ayudar a combatir dicho delito denunciando este accionar de acopiamiento tanto del maíz como de la carne de pollo y cerdo.

El segundo aspecto es el económico, en el cual el Estado deberá abastecer a los productores pequeños y medianos con el suficiente maíz y a precio justo para que sus costos de producción se mantengan o no sufran incrementos alarmantes. De persistir el incremento de precios del pollo y cerdo, el gobierno deberá incursionar en la venta de estos productos y de esta manera evitar el incremento de los precios (inflación), ya que esta se convierte en un impuesto a los pobres y sus ingresos se verán deteriorados.

El agio y la especulación parecen haberse convertido en el arma conspirativa que utilizarán los detractores del modelo económico, para sembrar la desconfianza en la población y sobre todo para gritar al mundo que por fin algo de lo que predijeron se cumplirá. La misión del gobierno es defender los intereses de la mayoría frente a los pocos pero poderosos especuladores.

FORO

Miguel Ángel Marañón Urquidi

Economista

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