Los resultados emergentes de la pandemia demandan una nueva forma de pensar la ciudad y redefinir el espacio público -comprendiendo este desde la calle, hasta la complejidad del área urbana integral-, en la posibilidad de establecer un modelo ideal que permita una tendencia urbana de solución apropiada a la presente y futuras alertas de salubridad.

Esta crisis epidemiológica de mayor incidencia en sectores urbanos de densificación alta y actividades de clara concentración demográfica -como mercados populares y centros de servicios administrativos-, debe dejar como experiencia un nuevo pensamiento fundado en el desarrollo humano sostenible.

La actual “conducta de planificación urbana” muestra una orientación al uso del automóvil, motivo por el cual la intervención urbana, prioriza la generación de infraestructura viaria, como rutas de alto tráfico y segundos pisos, dejando cada vez más relegado al peatón en cuanto al disfrute y uso seguro de la ciudad. 

Son muchas las prácticas institucionales gubernativas previas de planificación urbana; incluso antes de la llegada de la pandemia, como también la presencia de diversos estudios académicos de planificación, propuestos como modelos de revitalización, renovación y rehabilitación de los componentes urbanos (expansión, movilidad, espacio público, medio ambiente, vivienda, infraestructura, seguridad ciudadana, competitividad económica, gobernanza), en respuesta fundamental al cambio climático y sus efectos, y otras amenazas de situaciones pandémicas que puedan volver a descubrir la vulnerabilidad de los espacios urbanos y de habitabilidad residencial.

El comportamiento urbano previo a la pandemia ya evidenciaba una problemática latente, que requiere para su solución de la satisfacción de muchos desafíos, relacionados con el tratamiento de la expansión urbana y el proceso de zonificación de áreas de crecimiento intensivo a partir de escalas de densificación; la movilidad urbana sustentable, vinculada a la tecnología y el cuidado ambiental; el manejo del espacio público y su rol de territorio de cohesión social; y el medio ambiente, transversal en su aporte al cambio climático, la resiliencia y la ecología urbana, como un modelo integral de planificación que acentúe la convivencia ciudadana y la calidad de vida urbana.

CIUDAD SUSTENTABLE

MARKO QUIROGA B., Ph. D.

Investigador CEPLAG – UMSS

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