Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Y tú no pierdes tu encanto

Y tú no pierdes tu encanto

Inicialmente debo aclarar que la frase del título corresponde a mi nieto José Ignacio en respuesta a un elogio que le hizo mi madre al encontrarse luego de algún tiempo.

Me sensibilizó la manifestación de un niño, en la manera de participar su emocionalidad, y quise relacionar con la observación ciudadana respecto de la calidad que oferta la ciudad y la actitud de normalizar los escenarios de precariedad, obsolescencia, anomia y displicencia en la realización cotidiana de actividades.

El comportamiento de la ciudad demanda la participación como concepto que vincula iniciativas o gestiones presentadas desde el intento incluyente de la comunidad al ejercicio de la política como aporte al desarrollo local. La legislación nacional prevé la participación ciudadana como un derecho ciudadano a la información y al conocimiento de disposiciones de planificación urbana que regulen la funcionalidad y el uso del suelo y a la organización para representar sus intereses.

La ciudad -como espacio de inversión, de producción de capital, de oportunidad laboral, de reconocimiento de culturas y ejercicio de capacidades-, reclama nuevas formas de ciudadanía. Su marcada polaridad crea diversas iniciativas en los actores sociales cuestionando los procesos globalizadores, destacando formas de pertenencia, nuevas propuestas de desarrollo urbano y estrategias de sobrevivencia, que motivan el cuestionamiento del ámbito territorial, la institución de la ciudadanía, el análisis y la construcción de los derechos, y nuevas formas de vida. Visto así, es preciso plantear un instrumento participativo y democrático de planificación urbana, que permita ordenar la expansión territorialrentable para el desarrollo social, económico y ambiental; la preservación de la armonía, la identidad cultural y la calidad del paisaje urbano.

El establecimiento de un modelo que incorpore la participación ciudadana en la toma de decisiones para el desarrollo urbano y procesos de urbanización de la ciudad -articulando instancias gubernamentales y de la sociedad civil-, servirá para promover iniciativas planificadas de interés colectivo.  

La intención del mensaje radica en hacer ver la necesidad de contribuir al lugar donde vivimos, participando ética y desinteresadamente. Y tal vez así, algún momento cuando mejoren los atributos urbanísticos y por ende la calidad de vida de los residentes, podamos decir: “y tú no pierdes tu encanto”.

CULTURA, ZOOCIUDAD Y TERRITORIO

MARKO QUIROGA BERAZAÍN, Ph.D.

Investigador CEPLAG - UMSS

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