Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 15:59

Un nuevo año de desafíos urbanos

Un nuevo año de desafíos urbanos

Los desafíos urbanos y las necesidades efectivas de la población deben ser atendidos por la planificación multiescalar en tanto proceso de construcción de proyecto colectivo, asistidos por redes alternativas compuestas por organismos sociales y académicos críticos que confronten los actuales paradigmas y políticas públicas establecidos por gobernantes, consultores y agencias de desarrollo internacional con tendencia hegemónica desregulada. 

El desarrollo urbano concebido en nuestra práctica cotidiana no armoniza con el avance de otros escenarios latinoamericanos, donde su organización recae en la competencia absoluta del Estado a través de sus instancias pertinentes, locales y regionales, y la participación tercerizada (outsourcing) de empresas paramunicipales o privadas, dentro de una articulación progresiva de planificación del territorio.

Establecer patrones de crecimiento, manejar biodiversidad urbana, abordar instrumentos de gestión urbana, multigobernanza ambiental, ecología política, urbana y desarrollo de conflictos, son ineludibles más allá de identificar elementos que resultan insuficientes para su protección y conservación; por lo que es preciso ahondar en políticas con serio análisis de los eco-intereses, en claro conocimiento que la respuesta a la crisis ecológica tiene carácter más político que científico. 

Es posible repensar la voluntad política que moldea esta nueva arquitectura espacial. Las autoridades deben promover un reciclaje urbano total con intervención simultánea a nivel local, metropolitano, y nacional, donde no se pida nada, sino, se posibilite lo que corresponde por derecho, teniendo como base de coexistencia ciudadana la satisfacción igualitaria de urgencias públicas.

Finalmente, es preciso generar una política de desarrollo urbano que contenga principios, objetivos y líneas de acción para el mejoramiento de la calidad de vida de todos los habitantes, que aunque compleja, responda normativamente a distintas aspiraciones en determinadas temporalidades -propias de necesidades específicas y múltiples variables que inciden en el desarrollo de las ciudades y centros poblados-, para alcanzar mejoras cualitativas relevantes de convivencia armónica entre la heterogeneidad cultural y la pluralidad social. 

CULTURA, ZOOCIUDAD Y TERRITORIO

MARKO QUIROGA BERAZAÍN, Ph. D.

Investigador CEPLAG – UMSS

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