Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 22:07

Muchas intenciones, bajas soluciones

Muchas intenciones, bajas soluciones

Más del 55% de la población mundial habita en ciudades, y sobre el 80% en América Latina. Esta estadística tan significativa de la región más urbanizada del planeta, no constituye un indicador de desarrollo y, por el contrario, revela grandes contradicciones endémicas: exclusión, inequidad, marginalidad, pobreza, y segregación socioespacial con asentamientos de una sociedad vulnerable, e informal, visiblemente imposibilitada de movilidad social, que autosostiene a través de su esfuerzo, su hábitat extremo.  

Bolivia no representa un dato menor, pues de su población total, el 70% habita centros urbanos, con aglomeraciones urbanas que recurrentemente reproducen periferias con baja conectividad con el resto del territorio. Algunas conformaciones que habitan áreas de mayor privilegio por su nivel socioeconómico, presentan mayor calidad urbanística y mejor manejo del patrimonio cultural; sin embargo, en contraste con muchas ciudades fragmentadas latinoamericanas, su diferencia no es tan evidente, aunque tampoco satisface los grados de inclusión social, y las aspiraciones de encontrar equidad no son las más factibles de alcanzar. La segregación socioespacial y la degradación de espacios públicos en los centros históricos, de alguna manera repiten el comportamiento de la periferia, lo que da paso a una impostura administrativa consoladora con el encanto de valores populares, que solo intentan una autosatisfacción a las condiciones de desigualdad.

Los conglomerados urbanos asentados en segmentos depreciados no son una respuesta a la oferta situacional. Son producto de la ausencia de incentivo y políticas públicas a la producción agrícola, ganadera, minera y de explotación forestal, cuyo modo extractivista no impide la migración de poblaciones rurales hacia regiones urbanas relegadas, con malas condiciones bioambientales, y asociadas a una miopía institucional. 

Por tanto, el desarrollo intensivo de urbanización en la región latinoamericana y en su caso Bolivia, responde solo a un proceso de expansión de la mancha urbana, provocado por migrantes esperanzados y no necesariamente satisfechos de sus modos de vida. Las ciudades más allá de su medianía sectorial deben proponer programas diversos que coadyuven en la regeneración urbana y, por tanto, social, con opciones enmarcadas en realidades específicas, descartando modelos foráneos de bajo aporte al mejoramiento del déficit cualitativo local. 

CULTURA, ZOOCIUDAD Y TERRITORIO

MARKO QUIROGA BERAZAÍN Ph.D.

Investigador CEPLAG – UMSS

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